Mente Sana
Obesidad
Erick QUESADA (*)
Se considera obesa a una persona
que haya aumentado su peso esperado según su
altura, sexo y edad a base de grasa corporal en más
del 20 por ciento en los varones y del 25 por ciento
en las mujeres.
El aumento de casos de obesidad se ha dado, prácticamente,
en todo el mundo. Eso ha llevado a las autoridades de
la salud pública a considerarla epidemia. Entre
sus causas está la predisposición genética.
Sin embargo, el desarrollo de la obesidad depende mucho
de factores ambientales relacionados con el estilo de
vida, como los hábitos alimenticios y si se practica
o no alguna actividad física.
Dentro de las causas biológicas
se encuentran enfermedades como el hipotiroidismo y
algunos trastornos neurológicos. Sobre los factores
psicológicos se ha dicho mucho. Algunas de las
ideas más aceptadas señalan que la persona
obesa aprendió a equiparar o a identificar la
comida con el afecto, probablemente desde su infancia,
por lo que tiende a compensar los sentimientos de falta
de afecto, ansiedad e inseguridad comiendo.
También se considera que
la obesidad podría ser una forma a través
de la cual la persona establece un distanciamiento físico
y afectivo con quienes le rodean como producto de experiencias
traumáticas pasadas. Dado que la gordura es rechazada
socialmente, ésta podría (inconscientemente)
servir a la persona para sentirse a salvo ante el temor
de que otras puedan acercársele para dañarla
nuevamente, reduciéndo así los sentimientos
de vulnerabilidad.
Especialistas han encontrado en
estas personas dificultades con su autoestima, su esquema
corporal, su vida sexual y sus relaciones interpersonales,
así como patrones de comunicación inadecuados
que les impiden expresar libremente sus emociones.
La obesidad es un importante factor
de riesgo para el desarrollo de ciertos males (hipertensión,
del corazón, dificultad para respirar durante
el sueño y algunas formas de cáncer asociadas
a los trastornos hormonales).
Preferiblemente, su tratamiento
debe ser médico, nutricional y psicológico.
Este último tratará de hacer que la persona
reconozca los factores emocionales asociados a las situaciones
y eventos que le hacen comer sin medida, y de facilitarle
el aprendizaje de formas asertivas y sanas de enfrentarlas.
(*)
equesadar@racsa.co.cr
|