Lunes 16 de agosto, 2004. San José, Costa Rica.



 

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9:25 p.m. San José. Mónica, Marlen y Marilyn, son de Cartago, pero el martes, trabajaron en San José ante las amenazas que tenían en esa ciudad. Sin embargo, un grupo de 10 travestis está de nuevo en Cartago, pero en la zona roja, cerca del Mercado Central.
Erick CÓRDOBA/Al Día

Polémica por fenómeno travesti

Más presencia en Alajuela, Cartago, Puntarenas y Heredia

Alejandra MADRIGAL Á

Colaboraron: Rolando AVILÉS, Griselda SANABRIA y María Estela MONTERROSA.

La creciente visibilidad del fenómeno travesti en Alajuela, Heredia, Cartago y Puntarenas ha generado incomodidad en esas ciudades, donde su presencia es polémica.

Contactar clientes, cerca de parques y, en calles principales de esas provincias, ha provocado una reacción comunal en contra de ellos, y la preocupación de autoridades que alegan no tener base legal para quitarlos de las calles.

Además:

  • Estamos atados
  • Ni varón, ni mujer
  • Escenas de noche
  • Solo pueden proceder en caso de actos inmorales o sexo público, además, que el vestirse de mujeres no es prohibido en este país.

    Así lo afirmó ayer el ministro de Seguridad, Rogelio Ramos.

    “El que un hombre ofrezca sus servicios en una esquina no es un delito. En lo que si podemos actuar, es cuando cometen algún acto que atente contra la moral como exhibir sus partes íntimas o efectuar prácticas sexuales en la vía publica”.

    El sociólogo Jacobo Schifter en su libro sobre los travestis, “De ranas a princesas”, comenta que el comienzo del travestismo en el país surgió en los años 80, cuando se ubicaban en la área conocida como El Líbano.

    El travestismo (hombres que se visten de mujer) aumenta su presencia fuera de la capidal y se propaga, afirmó Natasha Jiménez, del Centro de Investigación y Promoción para América Central de Derechos Humanos (CIPAC).

    Manifestó que los travestis se hacen cada vez más notorios en las provincias porque es una cuestión “de oferta y demanda”.

    Reportes municipales y de la Fuerza Pública, indican que en San Jósé hay 200 travestis identificados, en Heredia 13, en Alajuela diez e igual número en Puntarenas y Cartago.

    En el caso de Heredia y Cartago, vecinos tomaron medidas, recientemente, para alejar a los travestis de esas zonas, mientras que en San José y Puntarenas, las autoridades municipales y policiales dicen que los tienen controlados.

    Reclamo extendido

    En Cartago, Ileana Fernández, vecina del barrio Los Ángeles, dijo: “Se perdió la tranquilidad. Ellos efectúan actos sexuales frente a nuestras ventanas, dicen vulgaridades, bailan desnudos, orinan las paredes, los clientes vienen en carros con grabadoras a todo volumen y pitando”, afirmó.

    Olga Ramírez, quien vive cerca de la Clínica Bíblica, comentó que, por años, ha luchado por quitar a los travestis cerca de su casa.

    “Estoy cansada de tanto desorden y parece que nadie nos entiende”.

    En entrevistas concedidas a Al Día, la noche del martes, al menos diez travestis, afirmaron que su número crece porque “llegan más hombres a buscarnos”.

    Así lo afirman Mónica, Marlen y Marilyn, que están en la zona de la Clínica Bliblíca, en San José, aunque son de Cartago.

    Su reciente retención en esa provincia los obligó a trasladarse, temporalmente, a otros sitios, según afirman.

    Mónica comentó que a pesar de vivir en Taras de Cartago, empezó a trabajar en San José.

    “Nos fuimos por muchas razones: el mercado está saturado, aquí nos agreden mucho y es muy inseguró para nosotras y porque allá (en Cartago), tenemos varios clientes”, dijo. En el 2003, se reportó la muerte de dos travestis, uno en Puntarenas y otro en San José.

    Natasha Jiménez manifestó que “algunos emigran a provincias cercanas porque las zonas de tolerancia están saturadas”.

    Travestis de Alajuela, Heredia y Puntarenas, aseguraron que “son originarios de la zona”.

    Arianna, de 19 años, vive en Mercedes Sur de Heredia y cuenta que tiene cuatro meses de dedicarse a la prostitución.

    “Desde hace dos años trabajamos en Heredia. Todas somos de esta provincia. Nunca vamos a San José”, comentó.

    Vannesa, quien vive de Fray Casiano, de Puntarenas, comentó que ellas tampoco salen de esa localidad. “Tengo cinco meses de organizarme con una amiga para empezar a trabajar. Eso sí, venimos lo más tapados posible”, comentó.


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    Legalidad y censura
    10:42 p.m Viernes 13. San José Vestirse como mujeres y ejercer la prostitución, no es prohibido en nuestro país, según autoridades, pero vecinos y autoridades lo censuran.
    Allen CAMPOS/Al Día

    Estamos atados

    Miembros de la Fuerza Pública y la Policía Municipal informaron que a los travestis no los pueden quitar de las calles, ni prohibirles vestirse como mujer o que se prostituyan.

    En la legislación costarricense, ninguno de esos tres aspectos es considerado delito.

    Se les sanciona con una contravención cuando los detectan en actos de exhibicionismo o teniendo relaciones sexuales en sitios públicos.

    Por ello, las autoridades aumentan la vigilancia donde están los travestis, según informó el ministro de Seguridad Pública Rogelio Ramos.

    En San José y Alajuela, la Fuerza Pública los tiene identificados, además verificar que no porten armas, drogas o algún tipo de accesorio que se pueda vincular actos delictivos.

    El asesor de la Municipalidad de San José, Rafael Arias, manifestó que tener policías cerca de ellos ha logrado “espantarles la clientela”

    “Lastimosamente, ni la prostitución, ni el exhibicionismo son sancionados, siempre y cuando no lleguen a niveles que dañan la moral y las buenas costumbres”, comentó Arias.

    El funcionario admite que respecto a la prostitución la ley no tiene una sanción específica.

    Salir de la ciudad

    En Cartago, el alcalde Carlos Góngora, los “ha invitado” a salir de la ciudad.

    En Alajuela, el asesor legal de la Comandancia, Alejandro Araya, dijo que efectúan fijos en las cercanías del Mercado Central de Alajuela, para proteger a la ciudadanía y también a los travestis que son víctimas, en ocasiones, de agresiones.

    En Puntarenas el subjefe de la Delegación de la localidad del Roble, Carlos Bogantes, reconoce que no puede quitarlos de la calle.


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    Un cambio de estilo
    El travesti busca la transformación en una “bella mujer”.
    Ilustración de Sebastián MURILLO/Al Día

    Ni varón, ni mujer

    Tiene hombros anchos y los senos grandes, el rostro y la piel casi femeninos, lo mismo que sus manos.

    Huele a fragancia Hugo Boss, el maquillaje es brillante y va acorde con el color de piel. Masca chicle discretamente y mientras camina por una de las aceras de Barrio Amón en San José, deja al descubierto el tatuaje que tiene debajo de su ombligo.

    Tiene 21 años y tres de estar en la calle. “Míreme, cualquier hombre no detectaría la diferencia, dice en medio de una sonrisa Estefany.

    Viste pantalón de mezclilla a la cadera, blusa corta color rosado y lleva el cabello recogido con una prensa.

    Ser travesti es algo muy profundo, según dice, la noche del martes, cuando caminaba por Barrio Amón, al norte de la capital.

    “No soy varón por tener genitales masculinos y tampoco mujer porque vista como ella. Soy un travesti”, afirmó.

    “Reinas” nocturnas

    Estefany, al igual que otros travestis, como María, Yolanda, Jackelin, Mónica, Marlen. Arianna en Heredia y Silvany en Puntarenas dicen sentirse “toda una mujer”, “princesas”, “reinas” y que son “las mejores”.

    Las palabras brotan sin complejos. Dicen que la gran mayoría de sus clientes son hombres heterosexuales, casados, con hijos y con dinero, a quienes les cobran entre ¢15 mil y ¢25 mil.

    En una noche, llegan a tener hasta tres “clientes”.

    La rivalidad, por la edad, es frecuente entre ellos, según comentan. Los de 40 años son desplazados por jóvenes, además, que los nacionales se molestan de tener competencia con nicaragüenses, panameños, dominicanos y colombianos.

    Sin tapujos dicen que la prostitución es su forma de subsistir.

    Las 24 horas

    María viste como mujer las 24 horas del día, según comentó el martes, a las 9:30 p.m., frente al Parque Morazán. A esa hora casi siempre empieza a trabajar.

    “Estoy enamorada de la plata. Nada más”.

    María lleva 15 años en la prostitución. “Es la única forma de subsistencia que tenemos los travestis, en este país”.

    El sociólogo Jacobo Schifter, en su libro sobre travestis “De ranas a princesas” indica que la mayor inversión que hacen ellos, lo “hacen en sus cuerpos”, aunque no lo perciben.

    “En el mundo travesti la ropa, accesorios, maquillaje y pelucas ocupan buena parte de sus preocupaciones”, se dice en el libro.


    Escenas de noche

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    El Roble... traileros
    9:35 p.m. Es jueves 12 de agosto. En Puntarenas los travestis tiene como punto de trabajo El Roble. Entre sus clientes frecuentes, según comentan, están traileros.
    Rolando ÁVILËS/Al Día
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    Parque y calles
    Es miércoles 11 de agosto, al ser las 12:45 a.m., el parque y calles principales del cantón central de Heredia es frecuentado por travestis. Ahí los contactan los clientes, algunos de ellos con carros modernos.
    Erick CÓRDOBA/Al Día
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    Jóvenes lo prefieren
    Barrio Amón, en San José, es el punto preferido para jóvenes travestis de 19 a 24 años. Esta gráfica fue tomada el martes 10 de agosto, a las 11:26 p.m.
    Erick CÓRDOBA/Al Día
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    Detenidos
    Unos 15 travestis de Cartago fueron detenidos el fin de semana anterior, ante la molestia de vecinos y autoridades municipales. Gráfica tomada el sábado 7 de agosto, a las 11:18 p.m.
    María Estela MONTERROSA/Al Día

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