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En setiembre de 1988 figura, por primera vez, la bandera costarricense en el podio de los ganadores. Silvia Poll estaba por cumplir 18 años.
Foto ilustrativa/Al Día
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PLATA
imborrable
Hace 16 años Silvia Poll obtuvo la primera medalla olímpica para nuestro país Jéssica I. MONTERO SOTO
jessicamontero@aldia.co.cr
Silvia Úrsula Poll Ahrens cumplió 18 años tres días después de ganar la medalla de plata en los 200 metros estilo libre en Seúl, en 1988: la primera presea olímpica en la historia costarricense.
Una década después de haber dejado la natación, Silvia recuerda con cariño este logro.
El viernes 13 a las 2 p.m., Al Día conversó con Silvia Poll sobre esa medalla, sus experiencias y su futuro.
–Han pasado 16 años desde Seúl 88, ¿cómo ve ahora, a la distancia, el logro de la primera medalla olímpica del país?
–En ciertas cosas siento que el tiempo no ha pasado: la gente me lo recuerda como si hubiera competido ayer. Incluso, me dicen que fue hace poco y cuando les digo que ya pasaron 16 años no lo creen. Para mí el recuerdo se mantiene muy vivo y le agradezco mucho a la gente que todavía lo tenga presente.
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Con 32 años, Silvia estudia, trabaja y planea ligarse con el deporte en el futuro, como dirigente.
Foto ilustrativa/Al Día
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–¿Tiene algún video de la competencia o recortes de los periódicos?
–Están todos guardados... ¡pero no los reviso! Es que eso es algo que se lleva en el corazón. No es algo en lo que pienso todos los días. A veces pasan meses y no veo la medalla.
–¿Le emociona esta época de Juegos Olímpicos?
–Sí. Viendo la inauguración (el viernes), se me puso la piel de gallina. Recordé mis experiencias no solo de Seúl, porque también competí en Barcelona (1992). Fueron momentos lindísimos. El solo hecho de estar en una Olimpiada es una gran bendición. Pocos atletas tienen ese derecho. Sin tiempo“Los canadienses son muy buena gente, los brasileños son pura fiesta”, dice Silvia al recordar sus encuentros con delegaciones extranjeras.
–¿Cómo es la vida en las villas? ¿Hay contacto con la gente de otros países?
–El contacto se daba más que todo en los comedores, donde uno coincide con la mayoría de la gente. Todos tienen que jugar bajo las mismas reglas de convivencia, y todos tienen que respetar las reglas de juego de cada deporte. Hay competitividad, pero se siente sana, positiva.
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Aún adolescente, Silvia se consagró en Corea del Sur con su medalla de plata en la final de los 200 metros estilo libre.
Foto ilustrativa/Al Día
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–¿Tuvo oportunidad de hacer amigos de otros sitios?
–Bueno, uno está más concentrado en competir. La competencia es muy linda. Sí se dan algunas costumbres tradicionales como intercambiar pines de tu país.
–¿Conserva esos pines?
–Sí, tengo montones. En las instalaciones deportivas, la piscina en mi caso, es más difícil establecer relaciones sociales.
Yo hice más amistad con nadadoras que no competían contra mí (ríe). A veces era difícil establecer relaciones con países que eran dominantes.
Por ejemplo, las alemanas orientales no hablaban con nadie. Después, una vez terminadas las competencias, podés tener una actitud más relajada, más social.
–En estos 10 años desde su retiro ¿alguna vez ha pensado que pudo nadar un tiempo más? ¿En algún momento le dieron ganas de volver a competir?
–No. Siento que para todo hay una etapa.
Incluso las cosas han cambiado en la natación. En mi época, con 21 años, era considerada veterana... de las “viejitas”.
Me quise retirar bien, que la gente recuerde que no estaba en malas condiciones físicas. En ese momento mi principal patrocinador era mi mamá, y no quería que ella siguiera con esa carga económica. Sentí que era suficiente: había vivido experiencias muy lindas, mis tiempos se habían mantenido.
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Silvia Poll nadó 626 eventos –116 torneos competitivos– y ganó 90 trofeos y 614 medallas, estuvo 66 veces en el ranking mundial. Fue dos veces la mejor atleta del continente americano (1987 y 1988).
Foto ilustrativa/Al Día
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Nuevos retosSilvia se desempeña como gerente de mercadeo y ventas de Radio Puntarenas y sus proyectos inmediatos están relacionados con esta fase de su vida profesional. “He cambiado como persona, he crecido”, indica.
–¿Cuál es su proyecto de vida ahora?
–Acabo de iniciar la maestría para ejecutivos del INCAE, por eso estaba fuera del país, en Nicaragua. Tengo que ir una semana cada mes y ésta fue la primera ¡Vengo con un déficit de sueño que estoy muerta! Ha sido una experiencia muy dura pero muy linda, muy interesante. Espero tener buenos resultados. Es un proyecto que va a durar lo que queda de este año y todo el próximo.
–¿Qué quiere hacer en los próximos 10 años, cuando se cumplan 20 de su retiro?
–Tener mi familia, tengo la ilusión de tener hijos, no sé cuántos. Si las circunstancias lo permiten y es el momento correcto, quisiera involucrarme en la dirigencia del deporte, pero en las circunstancias correctas para mí.
Asegura que esas circunstancias se darán en un proyecto donde no se use su nombre, sino su capacidad. No tiene prisa y le sobran planes para esperar esa nueva etapa de su vida.
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En setiembre de 1988 figura por primera vez la bandera costarricense en el podio de los ganadores. Silvia Poll estaba por cumplir 18 años.
Foto ilustrativa/Al Día
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