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Nutrición
Modas y salud Marcela Dumani
mdumani@racsa.co.cr
Bajar peso se ha convertido en una moda y un asunto serio
y que puede ser muy importante para la salud. Ha llegado a ser tan atractivo
comercialmente, que las ofertas de métodos “mágicos” para lograrlo están a la orden del día.
El bombardeo es increíble, por todos los medios, simultáneamente, en paquetes muy variados. Y hasta en el mismo barrio, la vecina de repente recomienda remedios y productos que se presentan como milagrosos para quitar las libritas de más, “quemar la grasa” y producir siluetas de envidia.
El gancho del negocio es la rapidez. Las personas desean bajar peso con el mínimo esfuerzo, y es eso justamente lo que estas pócimas mágicas dicen ofrecer: sin “sacrificio” alguno (como si hacer un esfuerzo por la salud fuera un sacrificio), sin ninguna molestia; incluso, sin ningún movimiento.
Y ni qué se diga de las dietas milagrosas, esas que haciéndolas una semana ayudan a bajar 10 kilos. ¿Y de los aparatos?
Alrededor de este mundo mágico existe mucha desinformación. Y esto es preocupante, porque si bien esos métodos pueden resultar efectivos en un momento, por su misma inconsistencia científica lo que generan es una serie de desequilibrios en el organismo que no sólo deterioran la salud y bajan las defensas, sino que provocan grandes fluctuaciones en el peso que a la postre podrían ser fatales.
Muchas personas recurren a esos métodos en esta época del año. Algunas, para darse permiso de comer todo lo que se les antoje durante las fiestas. Otras, para lucir bien en las cercanas vacaciones. ¿Pero qué pasa después de esta época? Probablemente vuelven a sus hábitos anteriores y, por consiguiente, a su peso anterior (si no es a uno mayor, como muchas veces sucede).
Algunos de estos productos son laxantes, diuréticos o estimulantes. Un diurético provoca pérdida de agua, no de grasa. El estimulante altera, e incluso puede provocar dependencia.
Una dieta mal hecha o deficiente en carbohidratos puede llevar al desgaste del músculo cardíaco, con las consabidas consecuencias.
Para bajar peso, lo sano y recomendable es hacerlo paulatinamente: 0,5 a 1 kilo por semana. Solo así se puede asegurar que luego no se recupere el peso perdido.
Se requiere un cambio en los hábitos alimenticios y en la cantidad de actividad física y ejercicio. Compromiso consigo mismo (a) y ojalá el apoyo de un profesional en nutrición.
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