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Visión
Comunidad Sudamericana de Naciones Anabel González
Hace algunos días, los presidentes de 8 de los 12 países sudamericanos se reunieron en Cuzco, Perú, con el propósito de establecer la Comunidad Sudamericana de Naciones.
Bajo el liderazgo de Brasil, los países de la región buscan seguir el ejemplo de la Unión Europea y llegar a constituir un mercado único que incluya a los 12 países, con 360 millones de personas y un producto interno bruto de casi $1 trillón.
El acuerdo alcanzado involucra gran cantidad y diversidad de áreas, aunque tiene sus aspectos centrales en la conformación de una red de infraestructura y energía que una a toda la región, así como en un paquete de tratados comerciales suscritos entre los países de los 2 bloques de naciones que la integran: el Mercosur y la Comunidad Andina.
En este último aspecto, sin embargo, se presentan algunas dificultades. Por una parte, aunque el comercio entre los países miembros del Mercosur es muy significativo, el comercio entre ambos bloques de naciones ha permanecido sin crecimiento, en niveles relativamente bajos de entre $5.000 y $6.000 millones anuales.
Esto es menos, por ejemplo, de lo que Costa Rica comercia con Estados Unidos. En el caso de los países andinos, su comercio es mayor con Estados Unidos que con el Mercosur.
Por otra parte, el Mercosur enfrenta problemas importantes en el campo comercial, en particular, entre Brasil y Argentina.
Este último país ha establecido diversos obstáculos a las exportaciones brasileñas de televisores, zapatos y otros productos. El proteccionismo argentino, a juicio de los empresarios brasileños, ha contribuido a dificultar que se pueda alcanzar un tratado comercial entre Mercosur y la Unión Europea.
Estos empresarios, a su vez, critican al gobierno brasileño por considerar que su motivación en la suscripción de acuerdos comerciales es de tipo político, y que no se concentra en lograr acuerdos con los mercados más grandes: la Unión Europea y Estados Unidos.
Los argentinos, por su parte, reclaman a Brasil su falta de compromiso con el Mercosur, que se manifiesta, entre otros, en que muchas de las resoluciones de ese bloque de países no son incorporadas por Brasil en su legislación doméstica.
Quizás no sea casual que los presidentes de 3 de los 4 países integrantes del Mercosur -Argentina, Paraguay y Uruguay- no estuvieran presentes en la reunión.
Estos factores, así como la falta de definición de temas claves en la declaración que crea la Comunidad Sudamericana de Naciones, hacen que muchos expertos internacionales hayan recibido el anuncio con cierto escepticismo.
Algunos consideran que éste puede ser un foro interesante de discusión política, pero se duda de que tenga el potencial deseado en materia económica.
Es todavía temprano para formular juicios definitivos. Se necesita dar tiempo a que el foro tenga la oportunidad de demostrar si sus integrantes tienen la voluntad y firmeza de tomar los acuerdos que se requieren para, en verdad, materializar esa comunidad de naciones, o si estaremos, como en otras ocasiones, ante una expresión más del sueño integracionista latinoamericano.
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