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Miller Chavarría (izquierda), “Opo” Marín (blanco), Luis Cárdenas (al fondo) y Cuauhtémoc Guajardo (chaqueta), afirman divertirse tanto como su público durante su espacio “Los consentidos”. Manuel VEGA/Al Día
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Bromas polémicas
“Los consentidos” de Omega dicen que no le faltan el respeto al público Gabriela SOLANO gsolano@aldia.co.cr
Aunque el programa “Los Consentidos”, que se transmite diariamente por Radio Omega a las 10 a.m., busca divertir a sus oyentes, algunas de sus bromas han provocado polémica.
Luis Cárdenas, productor del espacio, explica que los locutores Adolfo “Opo” Marín y Miller Chavarría llaman a determinadas personas por teléfono y las engañan a pedido de sus amigos o parientes para sacarle risas al público. Comenta que es el mismo radioescucha quien escoge a la víctima del chiste e inclusive sugiere qué tipo de mentira quiere que sus locutores le digan.
El productor asegura que han recibido el apoyo del público y que casi siempre los “bromeados” terminan felicitando a sus conductores. A algunos, eso sí, no les han gustado nada las bromas. Radio diferente–¿Cómo surge la idea de hacer el segmento de la broma dentro del programa?
–Era una idea que veníamos valorando en la gerencia desde tiempo atrás. Queríamos hacer algo diferente, que no tuviera que ver con personajes o contar chistes, y que a la vez nos permitiera interactuar con los oyentes.
–¿Quién propone qué tipo de broma se hace?
–Es el oyente quien propone la broma y a la persona a la que quiere que se la hagamos. El programa siempre le aclara al participante que debe hacerse responsable de la broma. Lo que buscamos es divertir y entretener, sin perjudicar a nadie. Cuando una broma se está pasando del límite la interrumpimos y le indicamos al oyente quien es la persona responsable de la llamada.
–¿Cuál ha sido la reacción de los que reciben la broma?
–En un 95 por ciento ha sido positiva y al final terminan riendo con nosotros.
–¿No temen que alguien de ese 5 por ciento inconforme les ponga una demanda?
–No lo haríamos si no contáramos con todo el respaldo de la gerencia de Omega. Creo que cuando uno desea hacer una radio diferente, para bien o para mal siempre se expone a un riesgo, aunque tratemos de minimizarlo. Estamos expuestos también con los programas de humor. La radio debe avanzar y no solo quedarse en la programación de canciones. Trataremos de que no se dé ninguna demanda y que sea un espacio solo para el disfrute del público.
–¿No consideran poco apropiado jugar con la sensibilidad de quien recibe la llamada?
–En la mayoría de las ocasiones, tratamos de no dar los nombres de empresas ni instituciones de gobierno en las cuales trabajan quienes reciben las bromas. No queremos comprometer a nadie, y sabemos que algunas bromas podrían afectar a la gente aunque pensemos que es “suave”. Siempre tratamos de que el cierre de la broma lo haga la persona que la propuso y usualmente todos terminamos divirtiéndonos.
–¿Quién es el responsable de recibir y aprobar una broma?
–Los locutores (Miller Chavarría y “Opo” Marín) las reciben y en varias ocasiones le han indicado a los oyentes que deben modificar sus bromas por pesadas.
–¿Cuántas llamadas reciben?
–La gente nos llama desde las 9 a.m., pero solo se reciben tres llamadas por programa.
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