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Larry
Jiménez
Alexánder
OTÁROLA/Al Día |
Menor lucha por vivir
Policía encontró alrededor de ocho casquillos de balas de AK-47 Érick CARVAJAL MORA, enviado
ecarvajal@aldia.co.cr
Colaboró Nelson MÉNDEZ
Paso Canoas.- El menor Larry Jiménez, de 4 años, recorrió más de 16 kilómetros con un impacto de bala en su abdomen. Poco antes, su sonrisa se convirtió en llanto cuando varios hombres soltaron una ráfaga de AK-47, contra el auto que conducía su padre Gerardo Jiménez, quien viajaba con su esposa Ingrid Barrantes.
El tiroteo tuvo lugar en un sitio conocido como La Brujita, anteayer, a eso de las 4 p.m., en la comunidad fronteriza de Laurel.
La angustia fue mayor cuando ingresó al hospital de Ciudad Neilly, ya que su sangre, tipo O Negativo, es difícil de conseguir. Ayer, el pequeño fue trasladado en avioneta, a la 1:30 p.m, al Hospital Nacional de Niños, en condición estable. Su madre Nora Elizondo nunca se apartó de su lado.
Jiménez recibió cuatro impactos de bala en la espalda y Barrantes fue herida en la mano izquierda. Los dos fueron dados de alta ayer en la tarde en el hospital de Ciudad Neilly.
Ayer, a las 12:30 p.m., varios agentes policiales encontraron en el sitio del tiroteo ocho casquillos de AK-47. No se sabe con exactitud cuántas armas utilizaron los agresores.
La policía judicial sospecha que lo sucedido en La Brujita fue un “tumbonazo”, término utilizado por medios policiales para explicar la agresión entre delincuentes para el cobro de una deuda. “No dejaban de disparar”
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Nada de tráfico
Gerardo Jiménez, quien fue herido junto a su hijo Larry y su esposa Ingrid, en Paso Canoas, desmintió que estuviera en algún acto ilícito y que eso produjera el tiroteo.
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Ayer, en una entrevista en su casa, en la Ciudadela El Triunfo, a las 2.20 p.m., Jiménez dijo que fue a ese sitio porque quería comprar un ganado, ya que actualmente administra una carnicería en Paso Canoas. “Por mis antecedentes la gente piensa otra cosa (en el pasado fue condenado por tráfico de drogas, según dijo), pero ayer (anteayer) fui allí para que mi esposa conociera y porque me estaban ofreciendo un ganado”, aseguró.
Jiménez refirió que de pronto aparecieron varios hombres disparando armas de grueso calibre, a un costado de la calle, por una plantación de palma africana.
A como pudo aceleró el auto, ya le habían estallado dos llantas, pero no le quitó el pie al acelerador.
El auto de Jiménez, un Hyundai Excel, estaba ayer en la delegación del OIJ de Ciudad Neilly, donde fue inspeccionado, a eso de las 3:30 p.m. Tenía varios impactos de bala en los costados que perforaron la carrocería.
Jiménez dijo que recorrió varios metros con las llantas estalladas, sin darse cuenta de que habían herido a Larry. Cuando salió a la carretera de Laurel pidió ayuda y un vecino lo llevó hasta el centro de Paso Canoas. “Luego un taxi “pirata” nos trasladó al hospital. Larry se iba quejando por el impacto, realmente estoy muy preocupado por él”, comentó.
Jiménez tiene 15 años de vivir en Paso Canoas. Es oriundo de San Vito de Coto Brus. Actualmente tiene una carnicería en el centro de esta zona fronteriza, pero por muchos años trabajó como taxista “pirata”.
“Estoy tratando de salir adelante. Yo sé lo que es la cárcel y no quiero que mi familia siga sufriendo, ahora tengo la carnicería y ayer (anteayer) me trataron de asaltar, eso fue todo”, explicó.
Mencionó que hoy visitará a su hijo en San José, en el Hospital Nacional de Niños, donde el menor lucha por seguir viviendo.
La Brujita es un sitio peligroso. Miembros de la Fuerza Pública lo señalan como un lugar de muchas transacciones ilícitas, como venta de drogas, compra de armas, asaltos y robo de ganado.
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