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Pocas esperanzas
A pesar de los 50 reclamos de usuarios a los que les han cargado llamadas internacionales, la única manera para que les devuelvan el dinero es que comprueben que no efectuaron esas llamadas.
José RIVERA/Al Día
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Dinero de llamadas no se recupera
Recibos con montos entre los ¢50 y ¢60 mil Alejandra MADRIGAL ÁVILA
alemadrigal@aldia.co.cr
Si usted es uno de los miles de usuarios de Internet, a quien le cargaron llamadas internacionales a su teléfono en algún momento cuando estaba conectado a la red, sin que en realidad le correspondan y espera que le devuelvan el dinero, pues olvídelo.
¿Por qué?, pues porque los dineros que ya pagó o todavía no ha cancelado, no le serán reintegrados, a no ser que se compruebe que nunca ha sido usuario de Internet.
Así lo confirmó ayer la directora de Atención al Usuario de la Autoridad Reguladora de los Servicios Públicos (ARESEP), Xinia Herrera, quien dijo que la devolución de esas sumas es “casi imposible”.
“La única forma es demostrar que nunca han tenido acceso a Internet, ya sea por medio de Racsa o el ICE”, dijo Herrera.
El Defensor de los Habitantes, José Manuel Echandi, es del criterio que esas sumas deben reintegrarse, pues algunos usuarios afirman no haber hecho las llamadas. La Defensoría ha recibido la denuncia de nueve personas. MillonesEn este momento, la ARESEP tienen más de 50 reclamos de usuarios.
“Se les hace toda la revisión a los casos y si RACSA dice que la persona es abonado, y aún más, si el ICE confirma que la llamada se generó no hay nada que hacer”, explicó la funcionaria.
Al Día intentó conocer cuántos casos han sido reportados al ICE, sin embargo, se comunicó que la información no estaba lista y que podrían darla hoy.
Tampoco fue posible obtener el monto de lo facturado en llamadas internacionales, en estos casos.
En días anteriores, el ICE informó que se atendía un promedio de 100 denuncias semanales.
Herrera, dijo han tenido casos de cobros de hasta ¢400 mil, pero que muchos son por montos que van entre los ¢60 mil y ¢70 mil.
Varios correos electrónicos que llegaron a la redacción de Al Día desde el martes, de parte de personas afectadas con esta situación, son muestra del disgusto generalizado existente.
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