Lunes 11 de octubre, 2004. San José, Costa Rica.


Campeonato Nacional 2004-2005


 

Imágenes del concierto en El Palacio de los Deportes...

Foto Principal: 825222
Imagen ilustrativa/Al Día

Vistazo

¿Adónde vas, democracia?

José Luis Vega Carballo

¿Adónde vas, democracia? Ésta es la pregunta que los ciudadanos hacemos ante los sonados casos de corrupción en la cúpula política.

Para responderla, debemos plantearnos otras: ¿de dónde viene este desastre?, ¿qué significa? y ¿qué puede hacer la ciudadanía, una vez castigados los responsables por la opinión pública y la justicia, para darle duro al problema?

Indudablemente, este asunto proviene del proceso de descomposición del sistema político bipartidista, instaurado desde las elecciones de 1986, que condujo a la formación de una nueva oligarquía mixta o PLUSC neoliberal.

Por un lado, el PLUSC opera como una nueva minoría gobernante u oligarquía política, entremezcla de altos dirigentes del PLN y del PUSC, confabulados para repartirse el poder sin hacerse una oposición efectiva.

Por otra parte, esa oligarquía entabló estrechas alianzas con otra emergente de tipo económico, representada por poderosos negociantes, banqueros y tecnócratas, beneficiados por varios procesos promovidos por el PLUSC: concesiones e incentivos fiscales, préstamos internacionales, aperturas comerciales y TLCs, privatizaciones y desregulaciones.

Las dos oligarquías se fusionaron en una neo-oligarquía ávida de poder político y económico, hasta conformar una pluto-democracia, o gobierno en beneficio de los intereses y negocios de unos cuantos, y que se impone al poder de los votos y la voluntad popular.

Así, el sector político y tecnocrático utilizó el sector público para enriquecerse ilícitamente, mientras el empresarial aprovechó la corruptela de los políticos para acrecentar abusivamente sus caudales en detrimento del interés y el bienestar públicos.

Al final, la pluto-democracia convirtió la hacienda y administración públicas en un gran mercado libre y abierto, donde la neo-oligarquía bipartidista pudo hacer cuantiosos y turbios negocios, locales e internacionales, usando en sus transacciones los poderes y dineros públicos como si fueran privados.

Sin embargo, la pluto-democracia no solo afianzó un híbrido de sectores de gran poder, que en una democracia liberal o representativa bien pueden coexistir, pero no confundirse, sino que ese gobierno de los acaudalados se ha convertido en una cleptocracia: un gobierno corrupto, en el que campea la manía del saqueo, de echar mano a los recursos del erario y los contribuyentes, o sea, la cleptomanía.

¿Qué hacer? Ante la pluto-democracia, transformada en desenfrenada cleptocracia, la ciudadanía debe protestar, apoyar la justicia, la transparencia y la institucionalidad pública para salvar la democracia frente a fuerzas desleales.

Se impone acabar con las fórmulas espurias de la cleptocracia y la impunidad, hasta restaurar la moral cívica, la transparencia y la sana separación de los poderes económico y político, violentadas por el bipartidismo neoliberal.

Esto implica que cada uno esté en su lugar: los políticos a gobernar con criterios de interés público y social; y los negociantes a lucrar en sus empresas, apegados al interés privado. Y, ambos, a actuar con mayor ética, eficiencia y responsabilidad social.

| PORTADA | NACIONALES | SUCESOS | OPINIÓN | SOCIEDAD | OVACION | EL NORTE |
| INTERNACIONALES | SERVICIOS | USTED OPINA | PURA VIDA | ESCRIBANOS |

© 2004. Periódico Al Día. El contenido de aldia.co.cr no puede ser reproducido, transmitido ni distribuido total o parcialmente sin la autorización previa y por escrito del Periódico Al Día. Si usted necesita mayor información o brindar recomendaciones, escriba a webmaster@aldia.co.cr