|
Escazú y Desamparados bajo riesgo
215 familias afectadas por deslizamientos Erick CARVAJAL MORA
ecarvajal@aldia.co.cr
Yamileth Angulo sintió que su casa iba a darse vuelta. Las fuertes lluvias de la tarde del martes y una avalancha de tierra, árboles y piedras, casi arrasan con Calle Zeneida, en Fátima de Desamparados. El peligro no ha pasado.
A 45 kilómetros de allí, otro deslizamiento atemoriza a San Antonio de Escazú. Desde hace una semana, los vecinos vigilan cada movimiento en la cuenca superior del río Agres-San Rafael.
Julio Madrigal, geólogo de la Comisión Nacional de Emergencia (CNE), explicó ayer que, al menos, cuatro viviendas deben ser deshabitadas en Fátima. Al menos 19 personas deben buscar un lugar donde vivir. (Ver recuadro)
“Gracias a Dios no hay pérdida de vidas que lamentar, pero las lluvias continúan y no se debe bajar la guardia”, dijo.
Las lluvias de este año tienen a Desamparados en jaque. Hay problemas en las quebradas Chilamate, Caliente y El Padre, así como en los ríos Cucubres, Jorco y Cañas. Una mala e inexistente planificación urbana es el fantasma detrás de estos deslizamientos. “La naturaleza no tiene la culpa”, manifestó Madrigal.
El alcalde de Desamparados, Carlos Padilla, pidió una declaratoria de emergencia de primer impacto, para intervenir estos ríos y quebradas.
Más de 1.500 personas sufren los efectos de las lluvias. El problema es que no tienen dónde ir.
“Se han invertido ¢20 millones en la limpieza de cauces, pero lo ideal es reubicar a las familias”, comentó Padilla.
El problema en Fátima se vivió también hace nueve años. La CNE declaró que no se podía construir, pero eso fue irrespetado.
“No cumplen estas normas y ponen en peligro sus vidas y las de sus familias”, señaló Madrigal. Sin sueñoDesde la semana pasada, más de 15 familias en barrio Los Filtros en San Antonio de Desamparados no duermen tranquilas.
Las fuertes lluvias provocaron un deslizamiento en la cuenca superior del río Agres-San Rafael.
Desde ese momento, hay guardias contínuas para vigilar el cauce y la montaña de lodo.
Gerardo Fernández, vecino de Los Filtros, explicó que los vecinos están preocupados.
“Por el río baja mucho barro y el caudal aumentó. Aquí estamos preocupados”, comentó Fernández.
En un informe de la CNE, elaborado por Madrigal, se explica que una posible avalancha en esta zona provocaría una alta contaminación en las fuentes de abastecimiento de agua potable.
Además, hay daños en puentes, tubería de AyA, daños y destrucción de casas dentro de la zona de protección, fuerte erosión de la margen a lo largo del cauce del río Agres y caos vehicular en todo Escazú.
El informe indica que a raíz de la alta vulnerabilidad existente en el río Agres-San Rafael por deslizamiento es necesario que “...la Municipalidad de Escazú, Ministerio de Salud, INVU, IMAS, MINAE y CNE, efectúen en conjunto un análisis exhaustivo para establecer en un corto plazo las medidas oportunas de las familias ubicadas en las áreas bajo amenaza...”.
Por el momento, Mauricio Alvarado, vecino de Los Filtros no se descuida.
“Hay una alarma comunitaria que se usa en casos de emergencia. la población está temerosa, no sabemos qué puede pasar”, dijo.
 |
Reubicados
Al menos 19 vecinos de la Calle Zeneida, en Fátima de Desamparados, deben abandonar sus hogares: un deslizamiento caído el martes amenaza sus viviendas.
Sebastián MURILLO/Al Día
|
“No tengo dónde ir”
Yamilet Angulo no tiene dónde ir. Quiere irse, tiene miedo, piensa en su hijo, en su esposo, pero no sabe para dónde correr.
Cuatro años en Calle Zeneida, en Fátima de Desamparados, fueron destruidos por un deslizamiento que golpeó con fuerza un costado de su casa, la tarde del martes.
Tiene cuatro días de haber llegado del hospital.
Estaba embarazada, pero varias complicaciones hicieron que perdiera a su hijo.
“Estoy desesperada, no sé qué hacer, no tenemos dónde ir”, dijo ayer.
Las aguas y el barro del martes lavaron debajo de su casa. Cuando camina por el piso, siente que se va a desplomar.
Al igual que ella, 19 personas tienen que abandonar sus hogares y buscar un sitio dónde ir.
Ese fue el resultado de una inspección hecha ayer, a las 10 a.m., por la Comisión Nacional de Emergencia.
“Las lluvias no paran y puede pasar algo peor. Hay mucho sedimento arriba y ahora tiene un caudal hecho para bajar con más fuerza y rapidez”, dijo Julio Madrigal, geólogo del CNE.
Donay Cordero, otra de las vecinas que debe abandonar su casa, dijo que el martes llamaron a todo lado y nadie les hizo caso.
“Hicimos llamadas al 9-1-1, a la Fuerza Pública, y nadie vino. Fue desesperante ver cómo la casa de mi vecina se la llevaba el agua, era impresionante”, comentó.
|
