Amor a Costa Rica Sylvia Poll
Me llama muchísimo la atención cómo la mayoría de empresas privadas, instituciones públicas y el ciudadano en general. decoraron durante el mes de setiembre con diferentes símbolos patrios sus lugares de trabajo y sus hogares.
Se ve tan bonito distinguir banderas ondeando por doquier, escudos pegados a ventanas y telas con los colores nacionales colgadas de paredes.
Algunas personas en especial, han ubicado banderas sumamente grandes, que con el movimiento del viento tienen una presencia imponente. ¿Bueno, y el resto del año?
Especialmente este 2004 donde nuestro país ha sido golpeado fuertemente por grandes escándalos de corrupción, donde hemos contemplado figuras públicas importantes caer, donde nos ha dado vergüenza el comportamiento de muchos, debería de ser un año donde nuestra nacionalidad salga a relucir en todo momento. No solo en el mes de setiembre.
Qué mejor manera que llevar la bandera en el corazón, que respetando las leyes y luchando honestamente por mejorar en el campo social, política y económica a nuestro país, que tanto ha sufrido en los últimos años.
Decimos sentir cariño y orgullo por Costa Rica, pero a mí las últimas semanas me han hecho sentir una gran tristeza.
Me parece muy valiente el esfuerzo que han hecho los medios de comunicación, por denunciar lo que ha pasado. Pero a la vez creo que ese es su trabajo en una verdadera democracia.
Si demostráramos los 365 días del año con hechos positivos, justos y decentes, no con palabras vacías que amamos a este país, creo que las cosas estarían muchísimo mejor.
Espero que los días difíciles que hemos vivido en estos últimos meses nos hagan pensar en cuales son los verdaderos valores morales que deben representar a Costa Rica en el futuro.
Y llevar siempre el significado de la bandera tatuada dentro de nuestro corazón.
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