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Desgarrador
Dora Emilia, hermana de Javier (foto inserta) cuando ayer intentaba consolar a su madre. doña María del Rosario Fernández. Eran las 11:30 a.m. en Cuba Creek, a donde comenzaban a llegar parientes y amigos del taxista informal, cuyo sepelio probablemente será hoy en este poblado limonense.
Abelardo FONSECA/Al Día
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Taxista marcado por el destino
Zozobra por asesinato en Limón Rodolfo MARTÍN, enviado, y Róger AMORETTY, corresponsal
Colaboró Einer ANGULO
Limón - El taxista informal Javier Marín Fernández, asesinado la madrugada del domingo en la localidad limonense de Cuba Creek, había regresado en mayo a su pueblo natal, tras muchos años de ausencia escapando de la muerte, porque como “polaco” y taxista formal había sido asaltado en dos ocasiones en Guadalupe.
Así lo confirmó ayer Kathy Delgado, compañera sentimental de la víctima. El homicidio, cuyo móvil se desconoce, es el número 21 que atiende la delegación del OIJ del cantón central de Limón, que también cubre las zonas de Matina y Talamanca (Ver recuadro aparte) Destino infalible Javier, el penúltimo de los 16 hijos que tuvieron don Emilio Marín y doña María del Rosario Fernández, regresó el 5 de mayo a Cuba Creek, después de muchos años de aunsencia en lo que estuvo huyéndole a la muerte, porque acababa de vivir una amarga experiencia que lo dejó marcado para toda la vida.
“Una noche hizo un servicio a Los Cuadros, en Guadalupe (Goicoechea). Lo abordaron tres jóvenes, dos que se sentaron en el asiento trasero y otro al lado suyo. En determinado momento, los que iban en el asiento posterior lo golpearon salvajemente con un revólver, y lo metieron dentro de la cajuela, con la intención de irlo a matar a otro lado”, recordó Delgado.
Sin embargo, un milagro le salvó la vida: la llave del taxi tenía cierto juego a la hora de encender el motor y los delincuentes no pudieron encenderlo, por lo que huyeron a pie con la ”maría”, el radio, el celular y el dinero que había ganado el taxista.
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Javier Marín Fernández
Reproducción Abelardo FONSECA/Al Día
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“Al final, pudo escapar por el asiento trasero que estaba un poco suelto. Fue una experiencia lo marcó para el resto de la vida. Anteriormente, como 'polaco', también estuvo a punto de morir asesinado. Ante esa situación, decidió regresar a su pueblo en búsqueda de tranquilidad, seguridad y de una nueva vida”, relató su madre, doña María del Rosario.
Él quiso emprender un nuevo proyecto de vida, agregó su compañera sentimental, al punto de que comenzó a trabajar como peón agrícola en la finca bananera Carrandy y luego en la Boston, ambas propiedad de Jorge Acón.
Antes de irse a vivir a San José, en donde estuvo casado y fue padre de un niño que el mes entrante cumplirá 9 años, había trabajado en el campo, por lo que las duras tareas en una finca bananera no le eran desconocidas.
Y aunque huyó de la muerte, el destino resultó infalible porque lo persiguió hasta que lo encontró la madrugada del domingo. TilapiasEl sábado trabajó hasta el mediodía en la finca Boston. Luego, llegó a la casa de sus padres, en donde le ayudó a un cuñado en la construcción de un estanque para tilapias.
Al llegar la noche, se bañó, mudó y salió a dar una vuelta.
“Le dije que por favor no regresara tarde”, recordó ayer, desconsolada, doña María del Rosario. Doña Katia, por su parte, estaba en Desamparados.
La última vez que se le vio con vida fue a las 10:20 p.m. del sábado, cuando salió de una marisquería situada sobre la carretera a Limón, cerca de donde ocurrió el crimen.
El Hyundai Excel de color blanco, en el cual apareció asesinado, era de su propiedad.
“Javier llegó solo y así estuvo sentado en la barra donde se tomó un par de cervezas”, recordó ayer el administrador del negocio, Francisco Javier Smith.
Luego, hasta ayer por la tarde, no se conocía alguna persona que lo hubiera visto con vida.
“El más reciente asesinato, como el de la mayoría de los registrados a lo largo del año, podría tener su origen en una acción típica de delincuencia común y aunque hay un incremento en el número de homicidios, con relación al panorama del año pasado, la situación no es muy distinta a lo que puede estar pasando en otras partes del país”, expresó una fuente del OIJ.
“Piratas” atemorizados Rodolfo MARTÍN, enviado
rmartin@aldia.co.cr
Limón. Un ambiente de temor invade al gremio de los taxistas de Limón, especialmente aquellos conocidos como “piratas” o informales, luego de que el sábado anterior fuera asesinado el cuarto conductor en lo que va del año.
Algunos señalaron ayer que aunque otros han sido las víctimas, de igual manera pudieron haber sido ellos.
Entre los taxistas hay criterios diversos acerca de los móviles que han generado la preocupante situación. Unos estiman que los homicidios obedecen a acciones de venganza, mientras que otros la atribuyen a la delincuencia común.
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Antonio Vega Martínez (taxista informal, en Cuba Creek):
“Lo ocurrido el sábado es algo totalmente inexplicable. Estamos muy asustados. A cualquiera de nosotros nos pudo haber pasado. Todos los demás continuamos en riesgo de muerte, mientras el asesino o los asesinos continúen en libertad”.
Abelardo FONSECA/Al Día
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Eduardo Vega Valverde (Taxista informal en Cuba Creek):
“Javier fue un hombre amable, humilde, apreciado que nunca tuvo un problema con nadie. Es muy extraño todo lo que ha pasado. Quien lo mató anda suelto y en cualquier momento puede atacar a cualquiera de nosotros”.
Abelardo FONSECA/Al Día
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Digna Ramírez González (Dueña empresa de radiotaxi):
“Tengo unos 30 años de trabajar en esta actividad. Este es un fenómeno que ocurre, en términos generales, con los taxistas informales. El temor que reina entre los taxistas es real. Nos hemos visto obligados a tomar medidas de seguridad.
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Tras un móvil
Limón. La delegación del OIJ en Limón prácticamente tiene descartado el robo como el móvil del homicidio del taxista informal Javier Marín Fernández, ocurrido en la madrugada del domingo, precisó ayer un alto funcionario de esta oficina policial.
”La víctima llevaba consigo todas sus pertenencias. Al parecer, no le faltaba nada a menos de que, a última hora, hubiera transportado algún dinero u otro tipo de bien que sus familiares o nosotros desconociéramos”, aclaró.
Ante este panorama, el OIJ de Limón busca el posible móvil y el resultado de la autopsia, como pistas para el esclarecimiento del caso.
Inicialmente, se tiene por seguro que el homicidio ocurrió de noche, porque el carro apareció con el motor y las luces encendidas.
Javier habría sido ultimado fuera de su automóvil, porque dentro del mismo no hay señales de impactos, casquillos ni sangre.
Esta hipótesis policial se sustenta en el hecho de que la puerta del conductor y la de la cajuela estuviera abiertas.
“Ahora lo que debemos establecer es si lo mataron cuando intentaron meterlo dentro de la cajuela y él se resistió a esto, o bien cuando lo sacaron de este compartimiento”, dijo.
Por eso, es probable que en el homicidio hayan participado varias personas, porque “a una sola se le hubiera hecho muy difícil controlar la situación”, subrayó.
El OIJ cree que es un hecho aislado y propio de la delincuencia común. “Ocurrió en las afueras de Limón, en una zona relativamente tranquila y con una víctima que tenía una vida muy definida y conocida. El hombre trabajaba como peón en una finca bananera y en sus ratos libres, ocasionalmente, atendía tareas de taxista informal”, recalcó.
Este es el homicidio número 21 que atiende la delegación de Limón en lo que va del año.
La oficina cerró el 2003 con 24 crímenes. A octubre del 2003, llevaban contabilizados 17, mientras que hasta ayer la cifra del 2004 asciende a 21.
“La mayoría de los homicidios, en términos generales, es obra de la delincuencia común y solo, en muy pocos casos, en respuesta a venganzas o reincillas”, expresó el informante.
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