Domingo 26 de junio, 2005. San José, Costa Rica.


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Humor en Al Día


Foto Principal: 1004321
A la fuerza
Laura Alpízar padece retardo mental profundo, y necesita un medicamento para controlar los ataques de epilepsia. Su madre, Ileana Ugalde, tuvo que recurrir a la Sala IV para que le dieran el tratamiento. En la foto está con sus hermanos Gabriel, Juan Diego, Miguel y Óscar (atrás).
Allen CAMPOS, para /Al Día

Amparos son la única medicina

Pacientes usan "salacuartazos" contra la CCSS

Mónica UMAÑA D.

En los temas de salud, cuando el paciente está desesperado porque no le dan el tratamiento que necesita, la angustia solo conduce a un lugar: la Sala Constitucional.

Para José Manuel Jiménez, la Sala IV fue el último recurso que encontró para que en la CCSS le dieran tratamiento con radioterapia. Otra asegurada, Ileana Ugalde, lo hizo debido a que la vida de su hija Laura estaba en peligro si no le daban un medicamento.

Estos casos engrosan la lista que los magistrados de la Sala Constitucional revisan diariamente, y que tratan de resolver con celeridad, porque en muchos casos de su decisión depende la vida de las personas.

En el caso de Jiménez, de 71 años, y vecino de Turrialba, necesitaba tratamiento con radioterapia luego de que lo operaron de cáncer gástrico.

"Gracias a Dios me hicieron el tratamiento, aunque sea a la fuerza. Ellos no me lo negaron, pero si me dijeron que tenía que quedar en lista de espera. Hay muchísimas personas que están igual que yo", indicó Jiménez.

Casos urgentes

Ileana Ugalde también tuvo que pedirle a los magistrados que intercedieran en el caso de su hija Laura, de 18 años.

La joven padece de retardo mental profundo y necesita tomar lamictal para prevenir los ataques de epilepsia.

"El mismo día que pusimos el recurso de amparo, nos avisaron que un magistrado dio la orden de que se le diera el tratamiento a Laura, mientras se resolvía el recurso", relató Ugalde. El tratamiento de lamictal cuesta alrededor de ¢120 mil al mes.

Para Allan Rivera también fue difícil que la Caja le diera la insulina que necesita para controlar sus alteraciones en el organismo.

"La estuve comprando por un tiempo, cuesta ¢25 mil y me dura un mes. Pero mi doctor pidió al Comité de Farmacoterapia que consideraran mi caso, y aún así no me la dieron, por eso puse el recurso de amparo", indicó el joven, de 21 años.

En los fallos recientes, la Sala IV también le ordenó a la Caja que programe las cirugías que requieren Julio Ureña Artavia en el Hospital Max Peralta, y Luis Diego Montero en el Hospital San Juan de Dios.

Sobre los fallos de la Sala Constitucional, el presidente ejecutivo de la CCSS, Alberto Sáenz ha dicho que muchas veces los pacientes recurren a la ella para que se les otorgue el medicamento o tratamiento que ellos quieren -generalmente lo más moderno y costoso- y no lo que la Seguridad Social les puede dar. "Esa realidad pone en jaque las finanzas del seguro de salud", dijo Sáenz.

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