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 Nacionales Lunes 14 de agosto, 2006, San José, Costa Rica.
 

Especialistas afirman que procedimientos son dañinos para la piel

Ofensiva contra las salas de bronceado

Salud afina borrador de normas para supervisar su funcionamiento

Alejandra Madrigal Ávila
Colaboró Gabriela Solano

Además:

  • Marisol le huye a las cámaras
  • "No he tenido inconvenientes"
  • Una sesión de 12 a 15 minutos en una cámara de bronceado equivale a recibir seis horas de sol al mediodía.

    Esta moda tiene varios efectos en la salud, como quemaduras, manchas en la piel, envejecimiento temprano, arrugas y hasta cáncer de piel, asegura el doctor Harry Hidalgo, jefe de la sección de dermatología del hospital San Juan de Dios.

    La falta de una regulación para ordenar el "boom" de las salas y cámaras de bronceado obligó al Ministerio de Salud a preparar un reglamento que, según el doctor Francisco Gólcher, jefe de Habilitaciones del Ministerio de Salud, casi está listo.

    ¢2 mil

    es el precio mínimo que ofrece el mercado, para un bronceado en una cámara.

    60

    establecimientos dedicados al negocio del bronceado profesional operan en el país.

    El Ministerio pretende regular aspectos físico-sanitarios, de higiene y seguridad, así como poder valorar que las máquinas de bronceado estén calibradas, "sobre todo por la cantidad de radiaciones de los rayos ultravioleta que generan", dijo Gólcher.

    Salud realizó un pequeño censo para determinar la cantidad de cámaras de bronceado que operan en el país y ha encontrado más de 60 establecimientos.

    La mayoría cuenta con los permisos sanitarios y municipales, es decir, lo que la ley les exige hasta el momento.

    "Esperamos tener la normativa lista a finales de este año, pero falta concretar algunos aspectos técnicos", añadió Gólcher.

    Para Salud es importante que las máquinas que utilizan estas salas tengan una certificación nacional que indique la cantidad de rayos ultravioleta que emiten.

    Moda peligrosa

    Andrea Salas, de 26 años y vecina de San Pedro de Montes de Oca, asegura que su afición por el bronceado "se desato" hace unos tres años.

    La primera vez que esta estudiante de Relaciones Públicas visitó una sala se lo recomendó una amiga. Asegura que es consciente de los riesgos de someterse a este procedimiento, pero lo hizo con tal de "estar a la moda".

    Edwin Herrera, propietario de un salón ubicado en San Pedro, está de acuerdo con que se regulen estos establecimientos.

    "Las personas que estamos a derecho y les explicamos a los clientes los riesgos y las ventajas del procedimiento, no tenemos por qué estar temerosos de que el Ministerio tome medidas", manifestó Herrera.

    Aparte de las cámaras, salones como Image, en Tibás, usan el aerógrafo para pintarle a sus clientes un tono canela y que salgan felices con su piel.

    En estos negocios, sostienen que la aplicación da como resultado un bronceado seguro y saludable, pero los médicos recomiendan tener cuidado también al exponer la piel a este tipo de tratamientos.

    Datos publicados por la Organización Mundial de la Salud muestran que cada año se reportan dos millones de nuevos casos de tumores cutáneos y 132 mil de melanoma (el cáncer de piel más maligno) en todo el mundo, y unas 66.000 muertes provocadas por esta enfermedad.

    Foto: 1333810
    Lentes especiales deben de ser utilizados dentro de las cámaras de bronceado, por los rayos ultravioleta.
    Archivo

    Foto: 1333464
    Para evitar los riesgos de las cámaras, muchos optan por broncearse con un aerógrafo.

    Foto: 1333465
    Mientras se seca, no se puede utilizar desodorante, cremas, perfumes y ropa ajustada.
    Fotos: Allen Campos

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    El Salón lmage, en Tibás, cobra ¢15 mil por aplicar este bronceado.

    Marisol le huye a las cámaras

    La modelo Marisol Oliver está consciente de los daños que puede sufrir su piel al exponerse a las cámaras de bronceado. Por esa razón nunca las utiliza.

    "Sé que uno puede padecer desde deshidratación hasta cáncer. Hace años fui a una cámara y me provocó una alergia horrible en el cuerpo", contó la rubia, quien prefiere comprar las cremas de autobronceado.

    Añade que algunas modelos utilizan tanto las cámaras, que la piel se les ve color terracota en vez de tener un tono caramelo.

    Foto: 1334115
    Cuida su piel.
    Archivo

    "No he tenido inconvenientes"

    Consultada semanas atrás sobre el tema, la modelo Karen Brenes aseguró que no teme usar las máquinas de bronceado.

    Afirmó que no ha tenido ningún inconveniente ni ha sufrido efectos secundarios tras exponerse a los rayos ultravioleta, pese a que acude a la cámara con bastante regularidad.

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