Asi es la vida

¿Cómo nos comportamos en una vela?

actor

A propósito del Día de los Santos Difuntos, hablemos hoy de los ticos y la muerte.

A los ticos nos cuesta relacionarnos con la Parca. Basta con ir a una vela para verlo con toda claridad.

En las velas de nuestra Tiquicia siempre vamos a encontrar personajes que, sin su presencia, perderían todo carácter de vela a la tica.

Por ejemplo, tenemos al “manos de seda”. Aquel especialista en dar los pésames con el tacto de un elefante. De entrada saluda a los dolientes, que están a moco tendido, con un “¿Qué me dice, todo bien, Pura Vida?”.

También está “la imprudente”, que no puede desaprovechar el momento para averiguar el chisme y de frente entra diciendo: “Lo siento mucho…¿y de qué murió?”

Por supuesto que tampoco puede faltar “el ameno”. Aquel que no se puede aguantar la tentación de ser el centro de atención y, en un rincón de la capilla, se pone a amenizar la vela contando chistes. Y si son “rojillos”, mejor todavía.

Por otro lado, tenemos a “los paracaidistas”. Son aquellos que al no tener ningún otro evento social en la noche, encuentran muy oportuno irse a comer todos los bocadillos de la vela…y a oír los chistes del “ameno”.

También tenemos a “la paparazzi, cuyo principal objetivo es ir a ver cómo quedó la difunta. Se va directo al ataúd, sin saludar a nadie, y al rato vuelve con la típica frase: “Qué bárbara, que linda que quedó”. Aunque en vida hubiera sido horrenda de todas maneras.

Por hoy me despido, nos vemos pronto…pero espero que no en una vela.