Domingo 13 de julio de 2008, San José, Costa Rica
Internacionales | Habla Juan Carlos Lecompte, esposo de Ingrid Betancourt, exrehén colombiana de las FARC
“Con o sin ella mi vida seguirá”
Ante los ojos del mundo, el reencuentro entre ambos fue frío y distante
  • AlDia.cr
    Además del abrazo inicial y esta muestra de afecto, Ingrid no deparó más en su esposo. El Tiempo.

El Tiempo/GDA
redaccion@aldia.co.cr

Colombia.- En entrevista con la periodista María Isabel Rueda, Juan Carlos Lecompte habla de sus sentimientos, luego de la liberación de su esposa, Ingrid Betancourt, y desmiente rumores sobre las causas del distanciamiento entre ambos.

¿A usted lo bajaron del avión que la condujo (a Ingrid) a Francia?

Eso no es verdad. La determinación de que yo no iba a acompañarla a Francia la tomamos conjuntamente a las 5 a.m. del jueves (3 de julio). Ella me había contado que quería estar con sus hijos, porque siente cierta culpabilidad de no haberlos visto crecer.

¿Tuvo diferencias con Yolanda y con Astrid (madre y hermana de Betancourt)?

Yo hice y dije cosas que no fueron de gusto para la familia. Por ejemplo, lanzar las fotos de los niños desde el avión.

¿Sintió que lo maltrataron por esas diferencias en los primeros momentos del reencuentro con Ingrid?

Sí, ese día me maltrataron, pero me maltrataron más durante el secuestro. Nunca tuve una buena relación ni con la mamá ni con la hermana. Durante el secuestro se armaron dos bandos: uno, Yolanda y Astrid, y el otro, Fabrice (exmarido de Ingrid), los niños y yo.

¿Cómo se enteró usted del rescate?

Herbin Hoyos, el director de “Las Voces del secuestro”, me llamó. También Yolanda me llamó.

¿Cómo había soñado ese encuentro?

Me siento muy feliz con su rescate, pero debo admitir que yo esperaba otra cosa. Esperaba un fuerte abrazo, nada de besos, porque estábamos en público.

¿Y no hubo un fuerte abrazo?

No hubo un fuerte abrazo. Ahí me puse a un lado, con mucha dignidad. Jamás he sido protagonista en la vida pública de Ingrid.

Su único papel ahí fue cargarle la mochila...

Ella llevaba una mochila que se veía que le pesaba mucho, yo se la quité y la cargué todo el tiempo.

¿Qué fue lo primero que se dijeron en el encuentro?

Yo tuve la oportunidad de hablar con ella por teléfono cuando despegaba el avión de Tolemaida. Ella me dijo: ¡por fin estoy libre, por fin se acabó esta pesadilla! Mi sueño era un abrazo de tres o cuatro minutos. En la casa sí se lo dí.

¿Cuánto llevan de casados?

Llevamos trece años juntos. Vivimos sin casarnos unos años, y lo hicimos el 30 de enero del 97, hace ocho años, de los cuales ella duró cinco secuestrada.

¿Alcanzó a pensar que cuando ella recuperara la libertad podía suceder lo que pasó?

Sí. Pero el episodio del aeropuerto lo he tomado con beneficio de inventario, porque Ingrid, dos horas antes de su rescate, estaba amarrada a un palo. No se le puede pedir mucha claridad a sus sentimientos, porque ella debió de llegar sumida en una nebulosa, en una gran confusión.

¿Usted le enviaba muchos mensajes?

No tanto como hubiera querido. Pero tengo mi conciencia tranquila, hice lo que pude. Por ejemplo, fue idea mía la toma de la Catedral por parte de los familiares de los secuestrados, el haber lanzado las fotos de los niños, las seis foto-vallas que mandé a París, a Bruselas, a Madrid. De pronto sí me faltó mandarle mensajes más frecuentes.

Los hijos de Ingrid lo quieren mucho...

Eso es cierto. Desde el comienzo tuvimos una excelente relación, y estoy seguro de que eso influyó para que ella se casara conmigo.

¿Considera injusto que se diga que a Ingrid la esperaban no uno, sino dos maridos?

Uno es el papá de los hijos (Fabrice Delloye).

De quien siempre se ha referido en términos cariñosos...

Sí, porque ellos tienen una relación como de hermanos. Ingrid me lo ha dicho toda la vida.

¿Siente alguna amargura por los comentarios que se hacen de su relación con Ingrid?

Ver a Ingrid feliz al lado de sus hijos es mi felicidad. Una escena divina que me voy a llevar hasta la tumba es cuando subimos al avión y ellos se encontraron. Claro que hubiera preferido que hubiera sido un poco más cariñosa conmigo, no tan fría (...) Además, quién sabe qué cosas oyó o le contaron de mí en su secuestro, como una supuesta relación que tuve.

¿Usted salía con una mexicana?

Fue un chisme que inventaron. Y también me inventaron algo con una prima de ella. Chismes hay los que usted quiera. Y ella allá en la selva debió enterarse. Hasta donde yo oí, la mamá nunca me dijo, pero me han contado que le decía a Ingrid que yo la había desilusionado, defraudado.

Usted también estuvo secuestrado todos estos años. No podía ser feliz, porque no se hubiera visto bien. ¿Fue una vida en interinidad?

Sí. Entré a formar parte y a trabajar en una empresa que se llamaba familiares de secuestrados. Esa quebró y yo me quedé sin empleo. Pero tengo una vida, tengo que trabajar. Yo cumplí en la espera y ahora voy a seguir mi vida.

¿Cree que esa interinidad de su vida acabó ya?

¡Uff! Ya terminó. Ver a Ingrid feliz me hace feliz. Pero no hay felicidad completa, porque en este momento quisiera estar con ella.

Hoy no están separados, pero tampoco están juntos. ¿Entonces, qué va a hacer ahora?

Yo voy a rehacer mi vida. Quiero trabajar en publicidad. Hay proyectos que están apareciendo.

¿Después del rescate y la forma como han sucedido las cosas, ha llorado nuevamente?

No he llorado. El amor también es ver feliz a tu pareja aunque no esté contigo.

Usted está feliz porque ella está feliz. ¿Cuándo piensa ser feliz por usted mismo?

Pues es una situación complicada. No debo descartar que se haya acabado todo con Ingrid. Puede pasar. No solo lo pienso ahora, sino desde antes. El amor por mí pudo habérsele acabado en la selva.

¿Reconstruirá su vida sentimental con alguien más?

No, no. Todavía no.

¿De quién depende conservar ese matrimonio?

No solo de Ingrid. Ella sabe donde estoy el día en que quiera volver. Pero, mientras tanto, y aunque eso no suceda, con Ingrid o sin ella mi vida va a seguir de la manera más normal que pueda.

Publicidad
Publicidad
Recomienda esta página a un amig@
Recomienda esta página a un amigo

© 2008. Periódico Al Día. El contenido de aldia.cr no puede ser reproducido, transmitido ni distribuido total o parcialmente sin la autorización previa y por escrito del Periódico Al Día. Si usted necesita mayor información o brindar recomendaciones, escriba a webmaster@aldia.co.cr.