Por Allan Andino
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Karla Mena proviene de un lugar famoso por sus lindas mujeres, Pérez Zeledón.

La sureña recibió cuatro sentencias hasta quedar fuera de competencia en “Cantando por un Sueño”.

Ahora, sin la presión del escenario, la chica de 21 años atendió las preguntas que los lectores de VIP le hicieron, en su mayoría, sobre el amor que se comentó con Édgar Murillo, de La 1/2 Docena.

¿Qué la motivo a participar en el programa?

La verdad nunca me imaginé que iba a entrar. Un amigo y mi familia me motivaron a hacerlo. Fue más por ellos que por iniciativa mía.

Al final se les vio sin energías, ¿qué pasó?

En cierta manera sí, llegamos a un punto de cansancio físico que ya tras cada nominación, ensayos, la “U”, entrevistas, nos cansó un poco y sí tuvo un poco de impacto en las presentaciones. Creo que eso pesó.

¿Qué pareja le gustaría que ganara la gran final?

Marco y Hanzel. Me gustan por el hecho de que ellos dos se acoplan muy bien a la hora de cantar.

¿Es el concurso imparcial, dada la gran cantidad de funcionarios de Teletica trabajando en él?

Sí, es imparcial. Yo tuve la oportunidad de estar arriba con la gente de gerencia, y tienen su equipo manejando todo lo que son llamadas.

Tal como con otros soñadores, ¿se abrirá campo en el canto o en la “tele”?

No. Creo que yo reflejé y dejé muy claro que no pretendía ser cantante. Fue una experiencia muy linda, pero yo tengo mi vida, mis prioridades. Lo mío fue la oportunidad de ayudar a alguien. No sé si habrán notado que en las fiestillas que hacían yo nunca fui, porque soy como aparte. Esa es por mi forma de ser.

¿Si le sale una oferta en el medio la aceptaría?

Nunca hay que cerrar las puertas, pero ahorita en lo que estoy pensando es en mis estudios. No me desvelo por salir en “tele”.

¿Tienes novio? ¿Anda o no con Édgar Murillo?

No, no tengo novio. Llevamos una bonita amistad. De las cosas personales no soy muy hablantina. Pero los medios se encargaron de hacer un romance entre nosotros y ... (se interrumpe con risas). Nosotros siempre manejamos eso, y lo seguimos manejando, de las cosas personales no hablamos.

No me diga si le gusta, ¿solo si le parece guapo?

(Risas). ¡Ah sí! Claro, es guapisísimo.