Domingo 29 de junio de 2008, San José, Costa Rica
VIP | Elena Umaña, cantante
Es el corazón de la cumbia
El motor que da vida a la agrupación Kalúa, habla de los cambios y momentos duros que han tenido que pasar para celebrar sus 12 años.
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    Fotos: Alexander Otárola / Maquillaje: David Calvo / Vestuario: K-Moda. |
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    ¿Le Seguirá los pasos? Umaña dice que su hija, de casi 5 años, le salió bien afinadita.
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    En video. Dentro de un mes sacarán un DVD con las presentaciones en tributo a Selena.
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Allan Andino

El tiempo vuela y en estos últimos 12 años diferentes grupos musicales aparecen y desaparecen ante nuestros ojos.

Suenan un par de temas y nunca más volvemos a saber de ellos, pero en el caso Kalúa, podríamos decir que es uno de esos pocos sobrevivientes que hasta la fecha se mantienen en el gusto del costarricense.

No cabe duda que su fuente de vida tiene nombre, Elena Umaña, la misma que de niña anhelaba verse cantando con los reflectores sobre ella y que hoy, celebra el duodécimo aniversario de la banda.

“Son muchas cosas, muchos éxitos, muchos sacrificios, alegrías, tristezas, de todo un poco hemos vivido. He logrado mucho más de lo que soñaba, porque solo me imaginaba verme en un escenario, y que la gente cantara mis temas. Son muchísimas cosas, (hace una pausa) pienso que he traspasado mis expectativas”, dice Elena.

El secreto para alcanzar la docena según cuenta, se basa en alimentar a la gente de producciones frescas, estar siempre en el estudio de grabación y ofrecer siempre una nueva receta en el repertorio de Kalúa.

Prueba de ello es el décimo disco “Kalúa Latino”, que saldrá este 28 de agosto y que por primera vez, incluirá salsa y merengue acompañados de la infaltable cumbia criolla.

“Es una manera de abrirse paso en el mercado, porque todavía hay gente que piensa que tocamos solamente cumbia, y en una presentación en vivo de cuatro horas incluimos también salsa y merengue. Por eso este disco viene mezcladito”.

La guapa morena, proveniente de Los Brazos de Río Tigre (un pueblito cerca de Corcovado), recuerda con nostalgia sus inicios en aquel entonces grupo Ninja, una banda juvenil de corte pop que alcanzaba a tocar solo en la región Atlántica.

“No me gustaba para nada el nombre, por dicha se cambió a Kalúa y se cambió el concepto. Allí empecé haciendo coritos, cosas pequeñitas, a cantarme una canción y así fui entrando y aprendiendo. Era muy tímida para los escenarios, les tenía pánico”.

Hasta roja se pone cuando devuelve el “cassete” en su memoria y recuerda cómo empezó en el medio artístico. “Me pongo a escuchar las primeras canciones que grabé, los primeros programas de televisión a los que fui, y me da pena (risas), me da vergüenza. Me escucho con voz de carajilla, se me veía la timidez, me irradiaba por todo lado”, admitió.

Aquella joven seguidora de grupos como Los Abejorros y Gaviota, dista mucho de la que adorna hoy nuestra portada, la misma que suda y baila en sus conciertos cada fin de semana.

“Se ha evolucionado muchísimo, mi voz a madurado, profesionalmente he crecido un montón. Los músicos se han cambiado mucho, han sido muchas etapas de la banda. Imagínese que de los integrantes iniciales solo quedo yo, actualmente tenemos un grupo muy juvenil, el menor tiene 23 años”.

Heridas en el camino

Los momentos difíciles también han espinado la trayectoria de Elena, sin embargo, ha sabido recuperarse.

Varios accidentes y la muerte de un compañero ocho años atrás, golpearon directo el ánimo de Umaña y sus músicos. “El camión ha tenido dos percances, pero el que más dolor me causó fue cuando el técnico de sonido perdió la vida, fue terrible. Ese día íbamos para un concierto en Río Claro, en la zona sur, y no pude cantar. Fue demasiado”.

Otro evento, pero en Pérez Zeledón, causó la pérdida de buena parte de los instrumentos a raíz de un incendio. Según cuenta, el incidente ahora lo toma con humor pues en aquella ocasión se confiaron de más con los “efectos especiales”.

“Estaba en la tarima y le dije a mi compañero: ‘está saliendo humo’, y me dice: ‘es que están tirando neblina’, ¡pero qué va! vieras que miedo”, señaló entre risas. Su salida del grupo durante dos años (en noviembre del 2002 por motivo del nacimiento de su única hija, Natasha Sofía) comprobó que la imagen que había cimentado no tenía reemplazo.

Kalúa tuvo varios vocalistas y sus contratos bajaron de manera razonable, en otras palabras, la gente exigía la presencia de su fundadora.

Fue hasta después que Umaña decidió regresar a los micrófonos, combinando las labores de artista y madre.

“Esa fue otra etapa muy difícil para mí, volver a los escenarios con un nuevo amor que era mi hija. Ella me necesitaba los primeros años, y me partía el corazón cuando ya tenía uso de razón, y me iba a escondidas mientras ella se quedaba llorando”. Sobre el punto en el que se encuentra Elena artísticamente, afirma que sus objetivos en suelo nacional han llegado a un tope, y de allí se han extendido a territorio centroamericano y parte del mexicano.

Lo que está más que demostrado es que el corazón del proyecto que arrancó en 1996, es la voz de “Me las va a pagar”.

“Creo que con mi salida momentánea logré establecer eso, que la gente me identificara, relacionan a Elena Umaña con el grupo y viceversa, no creo que acepten otra en mi lugar y ya está comprobado”.

¿Cuánto de Kalúa queda? “Eso sí está difícil de decir. El público tiene la última palabra, cuando la gente no vaya a los eventos... sería cuando diga que esto se terminó”.

Un vistazo más a fondo

Significado: Kalúa quiere decir “la miel del café”. A Elena muchos le llaman “La Selena tica”. La primera canción que interpretó a nivel profesional fue “Amor eterno”, de Rocío Durcal.

“Bailando por un sueño” Sobre las críticas que recibió a raíz de su frío comportamiento con su pareja de baile. “Yo no sé si comentar eso, pero es la pura verdad, el compañero que me tocó, Ricardo (Granados), siempre quiso sobresalir. Él lo sabe y mi coreógrafa también. Cuando entramos al programa nos dijeron: ‘las primeras cinco parejas eliminadas entran la quinta semana y empiezan de cero’, o sea, para qué ponerse a hacer ridículos (refiriéndose a las lágrimas de Ricardo) si sabe que vuelve. Desde ahí no me sentía bien, además del agotamiento, porque tenía que cumplir con los conciertos del grupo”, aseguró. Sobre una nueva invitación: “¡Jamás! Agradezco que me tomaran en cuenta, pero no”.

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Escuche “La cumbia del aguacate” de Kalúa.

Escuche “Sigue siendo” de Kalúa en la voz de Elena Umaña.

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