México/AFP.- Unas 200 personas que padecen algún tipo de cáncer terminal, viajaron desde el 2001 a Tijuana, en el noroeste de México, provenientes de Australia, Nueva Zelanda y Estados Unidos, en busca de un medicamento que les permite quitarse la vida, informó el periódico Reforma.

“En la primera tienda no hablaban muy bien inglés, así que les mostré una foto de la caja que queríamos comprar, y listo. En otro comercio señalé hacia el mostrador. Fue así de fácil”, contó Don Flounders de 78 años, quien viajó desde Australia para adquirir “Pentobarbital”, medicamento veterinario de uso restringido.

Flounders padece mesotelioma, un cáncer mortal causado por la exposición al asbesto, y ante la preocupación que le causa tener una agonía dolorosa en el futuro y la pena que provocará a su esposa, decidió acercarse a Exit International, una organización no gubernamental australiana que apoya la eutanasia.

Entre las salidas que ofrece esta ONG a enfermos terminales, está la opción de viajar a varias ciudades de México como Tijuana, así como a Perú y Bolivia, para adquirir el medicamento.

Pero a muchas personas de edad avanzada les resulta más cómodo llegar a Tijuana, por encontrarse en la frontera de México con Estados Unidos a sólo unas tres horas por tierra del aeropuerto de Los Ángeles, California.

El llamado “turismo de la muerte” de Tijuana, llega a una ciudad donde a diario se registran secuestros, torturas y muertes, debido al acecho de narcos y de traficantes de inmigrantes.

“La primera visita a México la realizamos en el 2001”, explicó Phillip Nitchke, director de Exit International, quien en su página de Internet muestra el procedimiento para preparar en la cocina la porción que provoca la muerte en menos de ocho horas.