Róger Amoretty y corresponsal GN y Rodolfo Martín
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Limón.- Dos hombres jóvenes, al parecer atrapados por sus propios nervios, figuran como los posibles asesinos del comerciante Ruperto Sojo García, de 68 años, quien falleció al entrar al hospital Tony Facio en la provincia de Limón tras recibir un balazo por la espalda, según el resultado que arrojan las primeras investigaciones realizadas por Organismo de Investigación Judicial.

El hecho ocurrió el sábado pasado, al ser las 7:45 p.m. en el bar El Turrialbeño, a la entrada de Moín.

Un ambiente de duelo se respiraba ayer en esa zona portuaria en el vecidnario donde vivía la víctima, como también en Platanillo de Turrialba, su poblado de origen.

Los dos jóvenes irrumpieron de manera inesperada, uno apuntó a Ruperto y el otro a su hermano Marco Vinicio, recordó ayer Quírico Sojo, nieto del primero y sobrino del segundo.

El comerciante entregó ¢53.000, que era lo que tenía y, al volverse a ver cómo estaba su hijo Marco Vinicio, recibió el balazo.

“Estaban tan nerviosos que dejaron abandonado parte del dinero y un arma hechiza a la entrada del negocio”, reveló asombrado uno de los testigos.

Al morir deja cinco hijos: dos mujeres y tres varones. Uno de ellos es un indígena que adoptó cuando tenía año y medio.

Sojo dejó Turrialba y se mudó para Limón hace nueve años con la idea de estar cerca de unos hijos que se habían ido a vivir ahí cuando se hicieron traileros.

Antes del día fatal de su muerte ya había sido asaltado “unas cuatro veces”, recordó con tristeza su nieto Quírico.

En la comunidad limonense todos lo recordarán como un hombre cariñoso y muy trabajador. Los funerales serán hoy a las 10 a.m. Colaboró:Katty Chavarría.