Madrid, Sevilla/DPA. - El Sevilla derrotó ayer 3-1 a un Barcelona compuesto por habituales suplentes y juveniles en la ida de la final de la Supercopa de España e inició de esta forma la temporada con el pie derecho.

El equipo andaluz despertó en la segunda mitad y se aprovechó de los errores de un Barcelona casi sin estrellas en el estadio Ramón Sánchez Pizjuán.

Luis Fabiano (62 minutos) y Frederick Kanouté (73' y 83') convirtieron los goles de los locales, mientras que Zlatan Ibrahimovic (20') había anotado la ventaja provisoria para los catalanes.

Los ocho españoles campeones del mundo Víctor Valdés, Gerard Piqué, Carles Puyol, Sergi Busquets, Xavi Hernández, Andrés Iniesta, Pedro y David Villa, se quedaron fuera del primer partido debido a sus ausencias en la pretemporada y sus compromisos en las selecciones y retornarán para la vuelta de la final

Por lo tanto, el entrenador Josep Guardiola debió apelar a los juveniles Rubén Miño, Sergi Gómez, Jonathan Dos Santos y Oriol Romeu para definir el once titular de su equipo.

El Barcelona acaparó el ritmo del juego en los primeros minutos. Pese a la presencia de cuatro juveniles y de habituales suplentes del primer equipo, el conjunto catalán se hizo protagonista ante un Sevilla desconcertado, mientras que el Sevilla precisó la segunda mitad para poder reaccionar en el duelo de ida de la final.

El ingreso al campo del italiano y flamante fichaje del Sevilla, Luca Cigarini, representó el cambio de actitud de los andaluces en el segundo tiempo.

El ex futbolista del Napoli presionó la salida del Barcelona con criterio y se convirtió en el socio de los delanteros de su equipo.

Así, el propio Cigarini asistió a Luis Fabiano en el gol del empate del Sevilla, para que el brasileño definiera por entre las piernas del arquero juvenil Miño.

El Sevilla dio un gran paso en la final de la Supercopa de España, mientras que el Barcelona aguardará el regreso de los campeones del mundo para intentar revertir la historia.