Isaac Zúñiga Keith
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A Johnny Woodly le tocó lidiar con el frío, el idioma y las comidas extrañas a su llegada a China.
Ahora, luego de dos años de estar jugando en el balompié asiático, el delantero del club Liaoning Hongyun, cuenta sus experiencias allá con una gran sonrisa.
“Al principio fue complicado por el idioma, difícil la adaptación. Cuando llegué estábamos para jugar la Champions League asiática, y para esa época estaba muy frío, nevando, y para mí fue duro; inclusive llegué a desesperarme por el frío, pero Gracias a Dios, él me dio la fuerza para seguir”, mencionó Woodly.
El artillero, quien fue tomado en cuenta por Ricardo La Volpe para el microciclo de trabajo de la Tricolor, ya se siente hallado, bien con el trato que le dan los chinos y se defiende con el idioma.
“Se han portado muy bien conmigo, son gente especial. Manejo unas palabritas, pero como sentarme a hablar con un chino difícil, le puedo entender algunas frases. Aprendí a dar las direcciones cuando voy en taxi, estuve tomando clases de chino, pero ese idioma es complicado”, añadió.
Contó además, que se siente muy a gusto por lo seguro que es el país de mayor cantidad de habitantes en el mundo, eso sí, todavía no se atreve a digerir los alimentos que preparan los asiáticos con diferentes animales.
“Ellos comen de todo, mucha gente cree que solo perros, sapos también, pero los chinos se alimentan muy bien. Un compañero me dijo que el sapo sabía bien, pero no tuve ese valor para comerlo”, agregó.
Woodly dice que en China “se consigue mucho marisco, carne, pollo, pescado” y la buena mano de su esposa hacen que no tenga problemas con los alimentos.
El tico tampoco se ha animado a manejar en ese país. La razón: “es demasiado arriesgado, mucho peor que aquí en Costa Rica. Manejan rápido y mal, si hay una calle de dos carriles la hacen para cuatro, es peligroso. Y cuando usted se monta en un taxi, uno tiene que ir bien agarrado porque manejan muy loco”.
Cómodo
En chino. “Sé decir palabras como: ¿hola cómo está?, que es ni hao ma, buenas tardes, Xiawu hao, Wo ai ni, que eso se lo pasaba diciendo a mi esposa que es te amo”.
Seguiría. “Gracias a Dios las cosas en China se me han dado de buena manera. Tengo opciones para seguir allá. Me han tratado muy bien, me he sentido cómodo”.
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