Mauricio Astorga, actor
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¡Ya estamos cada vez más cerca de la Navidad!¡El viernes viene el Niño!

Ese día maravilloso en el que un villancico nos puede hacer llorar y la cara de ilusión de un niño puede hacer que el mundo se detenga; en el que se mezclan, como en ningún otro momento del año, los más disímiles sentimientos. Es un día de recuerdos, de nostalgia, de celebración y, sobre todo, de amor.

Pero, a veces, olvidamos que en Navidad celebramos el cumpleaños más importante: el de Jesús. Y muchas veces el cumpleañero no es invitado a la fiesta o lo invitan casi por compromiso y ¡ni regalo le llevan!.

Alguien dirá: ¿Cómo llevarle regalo si ni lo veo? El obsequio que usted le puede hacer es el amor a los demás.

No se preocupe tanto por regalar ese televisor de plasma, la moto del año o el juguete de moda. Si puede regalarlo, qué dicha ¡Hágalo!. Pero ocúpese más de regalar amor. Un beso, un abrazo, un “te quiero”, una visita o una llamada, vale más que el mejor de los regalos.

De nada sirve la cena más “fru frú”, el regalo más exclusivo o el árbol más grande, si para llegar a esto hemos pasado por pleitos, malos tratos y desconsideraciones para quienes nos rodean.

No olvidemos la esencia de esta fecha y que ese espíritu esté siempre con nosotros durante cada día del año, aún cuando no suene en la radio “Ven a mi casa esta Navidad”.

De corazón le deseo una muy ¡Feliz Navidad!