José Pablo Alfaro, colaborador
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Fracaso, decepción, ridículo, muchas palabras podrían describir este momento, quedamos fuera de la clasificación al Mundial Sub 20 ante El Salvador, con una selección que no juega nada.

Lo dijo el técnico cuscatleco Mauricio Alfaro: “tenemos un mes de habernos formado y no tuvimos ningún fogueo previo a este repechaje”.

¡Nos ganaron sin fogueos, por Dios!, las excusas pueden llegar pero lo cierto del caso es que esta generación, con algunas excepciones, es bastante flojita.

Joel Campbell anotó el gol que nos ilusionaba al minuto 16 de un primer tiempo que manejamos, pero que no supimos aprovechar.

Mientras, El Salvador sí fructificó su única jugada clara, con su principal figura Dustin Coreas, quien anotó el gol que le dio el empate y la clasificación al Premundial a los salvadoreños.

“No tuvimos suerte, hay que ser sincero, fue un fracaso, Costa Rica está acostumbrado a clasificar a los mundiales”, dijo Joel Campbell, figura nacional.

En la segunda parte Costa Rica no armó ni un pleito, Rónald Gonzálz hizo ingresar a Jonathan Moya, pero no apareció.

“Ya no se puede hacer nada, la fe era salir adelante del repechaje, pero bueno, la ilusión se nos acaba”, dijo Jason Peña, jugador del Puntarenas FC.

El “pobrecito” quedó atrás, esta selección es limitada, es cierto, faltó roce internacional y Rónald lo dejó claro desde que inició el Premundial, pero El Salvador tampoco lo tenía y nos ganó.

“Creo que hay que sentarnos a analizar la situación, sí hay que ser claro que nos faltaron partidos internacionales”, dijo el dirigente Joseph Ramírez, luego del juego.

Pero, ¿por qué hasta ahora Joseph?, ya cuando quedamos fuera del Mundial.

A muchos jugadores de este equipo se les cerraron las puertas por no ir a la Copa del Mundo.

Rónald no quiso dar las razones del tremendo fracaso, pero están muy claras y se enumeran con mucha facilidad.

Primero, no se tuvo el roce internacional suficiente.

Segundo, Rónald González se equivocó en la elección de los jugadores que nos representaron.

Tercero, lastimosamente es una generación limitada, y como dicen todos, “hay que poner las barbas en remojo”...ya para qué.