Más de 900 mil clientes del servicio celular prepago del ICE permanecieron incomunicados desde la tarde del miércoles anterior y hasta la noche del jueves, sin poder hacer llamadas ni enviar o recibir mensajes de texto. Una severa falla en la plataforma de líneas prepago los dejó sin servicio.

Las autoridades del ICE no lo reconocen, pero usuarios de GSM, 3G e Internet celular, molestos con toda razón, también reportaron problemas.

Los voceros de la institución se limitaron a informar que un polvo utilizado para apagar incendios afectó los equipos y activó los sistemas de emergencias. La explicación, además de dejar al descubierto la vulnerabilidad del sistema, deja insatisfechos a los clientes de la entidad que reclaman por un mejor servicio. Bien hace la Superintendencia de Telecomunicaciones en exigirle al ICE un informe detallado que explique con claridad meridiana el origen de la falla, la magnitud de la afectación y la posibilidad de una remuneración a los usuarios por los daños causados. No es la primera vez que los abonados sufren esta afectación en la calidad del servicio.

El último informe del Foro Económico Mundial, publicado en junio, da fe de ello. En nuestro país, la penetración de teléfonos celulares apenas alcanza al 40 por ciento de la población. Y la débil o pésima cobertura es la principal falla señalada. Cuatro de cada diez usuarios tienen problemas para comunicarse, según una encuesta del Minaet. En materia tan vital para los usuarios y estratégica para la competitividad, es hora de que Costa Rica se coloque a la altura de naciones que nos llevan años por delante en calidad del servicio y eficiencia del negocio de las telecomunicaciones.