Varias figuras del medio tuvieron la oportunidad de verlo, aquí y en otras latitudes, y todos coinciden en que transmitía una paz y armonía imposible de ignorar.
Gerardo Zamora, periodista de 7, estuvo a 10 metros de él cuando cubrió la canonización en Guatemala del hermano Pedro de San José Betancour en el 2002.
“Lo que se habla de sus dotes, de su carisma, todo es cierto. Estuve a pocos metros y fue una de las impresiones más grandes. Como católico sí es un orgullo haber estado cerca de él”, afirmó.
Lizeth Castro de Telenoticias, lo vio en su visita al antigüo estadio Nacional en 1983.
“Yo pertenecía a un coro, tenía 13 años y nos tocó ir a cantarle a su entrada en el ‘Papa-móvil’. Tuve ese privilegio, recuerdo los pañuelos blancos”.
“Sobre la santidad, aunque es reciente para eso no hay límite de tiempo. Rompió paradigmas, venía del bloque comunista y tuvo esa capacidad de unir personas”.
Jeison Gradados, exreportero de Repretel, director de radio Fides y vocero de la arquidiócesis de San José, comentó que aunque no lo conoció (cuando vino tenía apenas 2 años), sabe la huella que sembró el pontífice polaco.
“Admiro mucho su obra y es un hombre que, incluso después de muerto acerca y une masas. Seré uno de los conductores de la vigilia (hoy a las 7 a.m. en el Estadio Nacional) y su mensaje logró convocar a muchos jóvenes”.
