Manila, Filipinas /AP. - Los pescadores se unieron ayer a los marinos de la Armada de Filipinas, policías y bomberos en una búsqueda más extensa de los cadáveres que han dejado las peores inundaciones que ha sufrido el país y que arrasaron con poblaciones enteras.
Y es que a causa de las fuertes lluvias, 1.236 personas han muerto arrastrados por las aguas, con unas dos terceras partes de los cadáveres sin identificar.
“Más de 60.000 personas que se quedaron sin hogar en los poblados arrasados por las lluvias pasaron la Navidad en escuelas y gimnasios repletos de gente, equipos de búsqueda recuperaron otros 150 cuerpos en el mar hasta a 100 kilómetros de distancia de las ciudades de Cagayan de Oro y Iligan, las ciudades más afectadas”, dijo Benito Ramos, director de la Oficina de Defensa Civil.
Agregó que tomaría de tres a seis meses regresar a la normalidad y construir viviendas temporales para desalojar las escuelas que ahora sirven como campos de refugiados.
Con más cuerpos flotando y alejándose, Ramos dijo que las autoridades buscaron ayudar a los pescadores a recorrer el mar.
“Hemos dejado de contar a los desaparecidos. No hay cifras exactas”, declaró. Aquellos que recuperamos, no sabemos quiénes son. Hemos instalado un sistema para que las familias pueden reclamarlos basados en huellas dactilares.