Evelyn Fernández Mora
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Una cita médica le costó más cara de lo que se imaginó a Jorge Campos, a quien le robaron el carro por dejarlo en la vía pública en Alajuela, mientras estuvo en consulta. Eso fue en el 2008.

De igual forma, le robaron el carro a su esposa en Pavas, pero en el 2009. “Pusimos las denuncias, pero al final los negocié. Uno lo recuperé en pedazos prácticamente y por el otro pagué y nunca me lo devolvieron”, explicó Campos.

Tras dos robos, ahora el josefino y sus familiares solo dejan sus vehículos en parqueos al salir.

Y es que, en ocasiones, por no tomar precauciones, la misma gente les facilita la tarea a los delincuentes.

Si bien en el 2010 robaron 1.498 carros menos que en el 2009, el descuido y la falta de malicia de los dueños es lo que más favorece la astucia de los robacarros.

Datos del Organismo de Investigación Judicial (OIJ) arrojan que solo el año pasado, 2.402 vehículos de 4.823 fueron robados por descuido de sus propietarios.

Para el Jefe de la Unidad de Robos de Vehículos del OIJ, Michael Soto, la ingenuidad favorece las distintas modalidades de robo, incluyendo los timos y extorsiones utilizadas por las bandas de crimen organizado, que operan desde las mismas cárceles.

“Estos grupos son tremendamente hábiles para convencer y la mayoría tienen sus líderes en La Reforma. En el caso de Los Penitenciarios (banda que cayó el jueves pasado) usaban el timo del avalúo con la ayuda de celulares y contactos externos, y lograban involucrar a terceros que no sabían nada”, explicó.

Para Soto, la gente puede colaborar para evitar este tipo de hurto. Por ejemplo, si van a vender el carro, verificar quién es el comprador, no prestar las llaves a nadie y no dejarlo en la vía pública.

“En caso de extorsión, si reciben llamadas de supuestos policías o investigadores, verificar y no dar información sin corroborar con el OIJ y no negociar a espaldas de la Policía”, resaltó.

El caso que se sale de las manos para las personas, es el “bajonazo”, por lo que las autoridades lo único que recomiendan es no poner resistencia. Aunque, sí se aconseja ponerle dispositivos de seguridad al vehículo como GPS, alarmas, y además, ser malicioso y vigilante con el resto de carros que transitan alrededor.

“Este año han caído dos grupos organizados: Los Penitenciarios (el jueves pasado) y el de Los Rencos. Además, se le sigue la pista a cinco bandas y se ha detenido a 31 personas por el robo de vehículos”, indicó el funcionario.

“Una gran ventaja ha sido la ley que nos permite desde agosto pasado intervenir telefónicamente... Se seguirán estudiando las metodologías en las que estos grupos evolucionan, investigando en conjunto y haciendo operativos de incidencia”, señaló Soto.

Los más cotizados

La flotilla vehicular creció un 10 por ciento entre el 2010 y el 2009 y los modelos más robados están entre los años 2000 y 1986.

Según Soto, esto se relaciona con que muchos son desarmados para venderlos como repuestos en ventas ilegales.

El experto destacó que en Alajuela es donde ahora roban más carros, seguido de Heredia y en tercer lugar está San José. Además, las horas de mayor incidencia son de 6 p.m. a la medianoche.

Sea malicioso

La segunda modalidad más usada es el “bajonazo”. Lo más recomendable para la víctima es no poner resistencia en el momento y entregar el carro.

No parquee en vía pública, mejor busque un estacionamiento seguro, con cámaras y control de tarjetas de entrada y salida. El fenómeno de robos en parqueos bajó gracias a esto, según el OIJ.

Esté atento en carretera. Si sospecha que un auto lo sigue haga un viraje diferente y si lo continúan siguiendo llame de inmediato a las autoridades de manera disimulada y no espere a ser abordado.

Burlan la seguridad

Controlar el crimen organizado liderado por privados de libertad es uno de los principales retos que tiene la justicia, para evitar,entre tantos delitos, el robo de vehículos.

Los celulares y teléfonos en los centros penintenciarios se convierten en aliados para delinquir y los involucrados logran burlar las tecnologías con las que cuenta el país para evitarlo.

Según Guillermo Ugalde, director de la Policía Penintenciaria, las antenas bloqueadoras de señal que se pusieron en la Reforma hace tres años y que costaron ¢7 millones no logran detener la señal de celulares TDMA. Además, algunos prisioneros logran borrar el mensaje que tienen los teléfonos públicos de allí.

Ugalde dijo que, por semana, se decomisan 15 celulares en las cárceles del país.

“Seguimos con un trabajo intenso de requisas. Yo estoy pidiendo recursos para adquirir analizadores de espectros, que es una tecnología muy práctica porque me dice donde hay un aparato funcionando”, señaló el funcionario.