Christchurch, Nueva Zelanda /AP. - Oficinistas atrapados bajo las ruinas de sus lugares de trabajo enviaban mensajes al exterior pidiendo ayuda gracias a sus celulares, mientras rescatistas con perros acudían a sacarlos tras el potente terremoto de antier que mató a unas 75 personas en Christchurch, una de las ciudades más grandes de Nueva Zelanda.
Se reportaron por lo menos 300 desaparecidos, presumiblemente enterrados. Los servicios de emergencia aseguraron que el número de muertos aumentará mientras trabajan contra reloj para encontrar supervivientes.
Unos 500 socorristas lograron rescatar con vida a 120 personas, entre ellas 15 trabajadores atrapados dentro de un edificio de seis plantas que cayó como un castillo de naipes por el temblor. Mientras, cuadrillas con reflectores y topadoras remueven toneladas de concreto, metal y ladrillos.
El temblor incluso, rompió un enorme trozo de hielo de un glaciar 200 kilómetros al este de Christchurch, donde se produjeron los mayores daños.
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