Shabqadar/AFP.- Al menos 80 personas murieron ayer en un doble atentado suicida perpetrado contra un centro paramilitar de la Policía en el noroeste de Pakistán y reivindicado por los talibanes como su “primer ataque” para vengar la muerte del líder Osama bin Laden.
Estos insurgentes islamistas, afiliados a Al Qaida y autores de una campaña de atentados muy sangrientos en Pakistán, ya habían amenazado con represalias contra Islamabad y sus fuerzas de seguridad, a los que acusan de complicidad en el ataque de un comando estadounidense que mató a Bin Laden hace 11 días en el norte del país.
El viernes al alba, en Shabqadar, una aldea del noroeste del país, un hombre que circulaba en motocicleta, hizo estallar la bomba que llevaba encima Aen el momento en el que los cadetes, vestidos ya de paisano se disponían a subir a los autobuses que los llevaban a casa para diez días de permiso, explicó a la AFP Nisar Jan Marwat, el jefe de la Policía del distrito de Charsada.
Doble golpe
El atentado iba dirigido contra un centro de entrenamiento de la Frontier Constabulary, una unidad paramilitar de la Policía encargada de vigilar las fronteras.
Luego, cuando los policías y los socorristas se habían congregado para ayudar a los heridos, otro suicida que iba en moto causó otra carnicería.
“Al menos 80 personas murieron, 69 de ellas de la Frontier Constabulary y 11 civiles”, dijo Bashir Ahmed Bilur, ministro de la provincia de Jiber-Pajtunjwa-
Más de 140 personas resultaron heridas y unas 40 de ellas se debaten entre la vida y la muerte, según fuentes médicas.
“Estaba sentado en un minubús y esperaba a mis colegas”, contó Ahmad Ali, un cadete.