“Faroles lindos” se lee en un sencillo cartón que cuelga en la ventana de un típico bazar en el centro de Guadalupe.
Adentro sólo falta escuchar el himno al 15 de setiembre, pues por todas partes se respira el amor a la patria de German Castillo, quien se encarga de ponerle chispa a los desfiles de faroles.
Como trabajo de hormiga empieza a recolectar los materiales que le dan forma a los faroles que empezó a confeccionar desde principios de enero.
En su pequeño bazar hay más de 100 listos para ser llevados en alto la noche del 14 de setiembre.
Colgando del techo, en los estantes o sobre una vitrina reposan sus obras elaboradas en su mayoría de cartón, aunque cualquiera podría pensar que son de madera por los acabados.
“Yo hago todos los detalles, desde hacer a los campesinos con cartón, pintarlos con acrílico hasta toda la naturaleza que pongo”, dijo German, profesor pensionado de inglés.
Curiosamente, para este guadalupano el tomar unas tijeras no era algo común en su vida antes de pensionarse.
Según comentó, descubrió su gran habilidad cuando de pronto quiso ocupar su tiempo al salir de las aulas hace ya 10 años.
Sin límites
Para sorpresa de él mismo su creatividad no tiene límites porque puede hacer prácticamente lo que le pidan con ayuda de una fotografía o una visita al lugar.
Tan solo hay que echar un vistazo en su local. Ahí encontrará a escala el Teatro Nacional, el Templo de la Música, el Museo de los Niños y el quiosco de Guadalupe. Además de carretas y casitas campesinas muy originales, entre ellas las típicas del Caribe.
Sus precios van de ¢4.500 en adelante y puede encontrar a este artesano en el teléfono 2253-0536.
¿Quién lo inspira? Su camino por la vida, pues guarda en su mente las imágenes de los sitios donde ha estado y lo reproduce.
