Jackson/AFP. - El condenado a muerte Troy Davis fue ejecutado anoche por inyección letal a las 11 p.m. hora local, anunció la penitenciaría de Jackson (Georgia), tras una jornada en la que la defensa agotó todas las instancias.
Davis fue ejecutado tras agotarse los recursos legales para evitar la inyección letal por el crimen de un policía en 1989, por el que fue sentenciado en un proceso que dejó dudas sobre su culpabilidad, según la defensa y organizaciones humanitarias opuestas a la pena capital.
La Corte Suprema Estatal rechazó el último recurso de la defensa, que apeló de emergencia ante la Corte Suprema de Estados Unidos.
“La aplicación de la suspensión de la ejecución de la sentencia a muerte presentada a la Justicia por (Clarence) Thomas y su defendido ante la Corte fue denegada”, dijo el tribunal luego de deliberaciones que retrasaron la ejecución por más de tres horas.
Dos recursos presentados ante la corte estatal para detener la ejecución fueron negados.
En los 20 años que llevó en el corredor de la muerte, Davis logró evitar su ejecución tres veces, la última, en el 2008.
El comité de indultos que le negó la clemencia el martes, rechazó ayer un detector de mentiras y la reconsideración de su clemencia pedidos por Davis.
A la ejecución del condenado negro de 42 años, asistió la viuda y dos hijos de la víctima, el policía blanco Mark MacPhail. Por ahora se desconoce si estará presente la familia Davis.
Unas 200 personas se congregaron frente a la cárcel de Jackson para gritar su rabia alrededor del reverendo Al Sharpton.
El caso, que provocó una campaña internacional, llevó a los gobiernos de Francia, Alemania y el Vaticano a declarar su “consternación” por un castigo irreparable y pidieron que se le perdonara la vida a Davis.
Un editorial del díario The New York Times advirtió que la ejecución puede “cometer un error judicial trágico”.