Sudó, bailó, besó el suelo de la tarima (cosa que nunca había hecho aquí) y al acabar su recital dijo: “¡quedé exhausto!”.
Esas fueron las palabras del boricua Marc Anthony al dirigirse a camerinos, luego de cantarle a más de 25 mil almas el miércoles en el estadio Saprissa.
Liliana Mora, vocera de Credomatic, indicó que salió agotado del esfuerzo en tarima, se despidió de sus 16 músicos y acompañado de su novia, la venezolana Shannon de Lima y dos guardaespaldas del espacio “¡Q’ Viva The Chosen!”, se dirigió a la suite presidencial del hotel Intercontinental en Escazú.
“Su novia pasó todo el recital viéndolo atrás de las escaleras centrales, por la pantalla de leds”, agregó. Se supo que el artista se levantó tarde ayer, para dirigirse a Barranquilla con su gira.
“Estaba encantado de cómo la gente le coreaba y alzaba la mirada porque el Saprissa le produce un mayor eco”, finalizó Mora.
El artista dejó ayer a las 4 p.m. tierra tica, según comentó la producción.
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