Los vendedores ambulantes de flores que hacen su agosto el Día de los Difuntos en las inmediaciones del Cementerio Obrero, estuvieron vigilados ayer por la policía Municipal para evitar dichas ventas en el lugar.
“Es una injusticia que nos quiten ganarnos el pan de nuestros hijos, porque la economía está muy difícil y un ramo de flores que nosotros vendemos en ¢1.000, en una floristería le cuesta el triple”, comentó Marjorie Caldera, vendedora.
Según el testimonio de unos seis vendedores, quienes dijeron tener 17 años de vender flores en el lugar, la restricción se debe a una solicitud de algunos comercios en el sector, lo que ellos consideran una discriminación.
Prioridad
La Municipalidad de San José, confirmó que la directriz de no extender los permisos se generó porque cerca hay algunas floristerías, quienes pidieron respeto al pago respectivo de su patente comercial.
