El puente bailey que une a Cinco Esquinas de Tibás con la capital, sobre la quebrada Rivera podría desaparecer muy pronto, pues se construirá uno fijo que constará de tres carriles en el primer trimestre del próximo año.
Medardo López, director urbano de la Municipalidad de Tibás, confirmó que el proyecto ya fue adjudicado, por lo que si no existe ningún contratiempo el nuevo puente se construirá en el 2013.
Según López, esta estructura metálica está ubicada en una ruta nacional, por lo que la construcción de un puente fijo le corresponde al Consejo Nacional de Vialidad (Conavi).
Ese bailey lleva allí unos tres años, luego de que un temporal dañó el que existía.
Gerardo Leiva, de proveeduría del Conavi, manifestó que el jueves anterior venció el plazo para la presentación de objeciones a la adjudicación, por lo cual el viernes remitieron la documentación a la gerencia de gestión de Asuntos Jurídicos para la confección del contrato y posterior envío a la Contraloría General de la República (CGR) para su respectivo refrendo.
Pero ese puente bailey no es el único en el cantón tibaseño; hay otro ubicado entre León XIII y La Uruca desde el 2008, del cual se desconoce si será o no reemplazado en algún momento.
Ha sido un respiro
El bailey que comunica a Santo Tomás con Barrio Socorro, en Santo Domingo de Heredia, cumple cuatro años y ha sido de gran ayuda ya que reemplazó al viejo y peligroso puente de hamaca.
También ha permitido descongestionar el denso flujo vehicular que circula por la zona.
Laura Prado, alcaldesa de Santo Domingo, manifestó que en esa ruta “travesía o alterna”, la instalación del bailey dio un respiro.
“El Conavi fue quien lo instaló y mantiene, pero nosotros en la municipalidad velamos por la seguridad y eficacia para que todo funcione de la mejor manera, ya que es una vía de mucha utilidad para nosotros”, añadió Prado.
A pesar de las consultas al Conavi respecto a estos últimos dos puentes no se obtuvo respuesta pese a las llamadas efectuadas.
Para emergencias
Los puentes baileys han sido utilizados para salir de apuros en situaciones de emergencia u otros contratiempos, principalmente ´fenómenos climatológicos, mientras se recurre a una solución definitiva. Sin embargo muchos permanecen en un punto más tiempo del debido.
El costo de estas estructuras metálicas tiene un valor cercano a los ¢200 millones y unos 30 años de vida útil.
Michael Garita y sus compañeros, empleados de un negocio de mesas metálicas en Tibás, cuyo local se ubica cerca del puente entre León XIII y La Uruca, comentaron que han sido testigos de accidentes y presas todos los días en las mañanas y tardes.
“Se ven carros que vienen a gran velocidad en ambos lados y algunos han pasado directo. Hace poco murió un chofer y un señor que estaba debajo. Nos atemoriza pensar que en cualquier momento pase una desgracia y se caiga por tanto peso”, aseguró el joven.
