Johannesburgo/DPA. - En la noche más sonriente de su vida, el técnico Vicente del Bosque sólo exhibió un gesto de desconcierto en un momento: ¿Hasta cuándo extenderían sus jugadores, los nuevos campeones del mundo, la fiesta en el vestuario?

“No, no tengo miedo a perder el avión, pero... ¡Qué salgan de una vez!”, pidió Del Bosque, rendido ya ante la evidencia de que sus muchachos no estaban dispuestos a regalar ni un segundo del momento más íntimo de un futbolista: la explosión de alegría en el vestuario, ese sitio sagrado en el que de tanto en tanto lo que impera es la tristeza.

Pero el vestuario español en Soccer City era ayer la antítesis, la más pura de las alegrías. Por allí pasaron la reina Sofía, el príncipe Felipe y su esposa, Letizia. También el tenista Rafael Nadal, el jugador de baloncesto Pau Gasol y el tenor Plácido Domingo.

Todos asombrados ante lo que veían: jugadores sin ducharse, embriagados de felicidad, inconscientes, casi, de que afuera los esperaban centenares de periodistas y de que en algún momento debían sosegarse.

Todo ese delirio lo causó el gol de Andrés Iniesta a falta de cuatro minutos para que finalizaran los tiempos extras, donde todos creían que el campeón del Mundial de Sudáfrica 2010 se iba a definir en los penales.

Probablemente nunca un campeón del mundo tardó tanto en abandonar las húmedas profundidades de su vestuario: casi dos horas. Si tras ganar Corea y Japón 2002 el brasileño Ronaldo lanzó la frase de la noche ante una masa de periodistas al asegurar que ganar el Mundial era “mejor que el sexo”, los españoles fueron ayer casi lo opuesto. Nada de frases rimbombantes, sólo sonrisas de oreja a oreja.

“Festejan, cantan....”, contó Del Bosque al preguntársele qué hacían sus jugadores. “Son chicos limpios, sin prejuicios, maravillosos”, agregó emocionado y sin poder quitarse del rostro la sonrisa que se le había instalado desde el gol de Iniesta.

Conversaciones interminables con la familia, música, mucha cerveza y el beso que sacudió a España, el que Iker Casillas, capitán de la selección, le dio a su novia, la periodista Sara Carbonero, en plena entrevista en directo.

Pasó de todo en las dos horas posteriores al 1-0 sobre Holanda.

“Hombre, alguna lagrimita hemos soltado todos”, confesó el delantero David Villa, mientras que Cesc Fábregas, uno de los más jóvenes, y clave en el final, prometía por radio el acabose: “me voy a agarrar una que vas flipar, maqui”, le decía a un periodista amigo, dándole a entender en jerga juvenil española que planeaba beberse hasta el agua de los floreros.

Más en frío....

Un poco más ecuánimes, pero con el dulce sabor del título, los españoles hablaron de lo sucedido en el terreno de juego.

“Aún no me lo acabo de creer. Tener la oportunidad de hacer ese gol tan significativo para la selección es increíble. Simplemente he puesto mi grano de arena en un partido durísimo. Ha habido de todo, pero merecíamos el triunfo”, dijo Iniesta.

Por su parte el defensa Joan Capdevila contó que “todavía no somos consciente de lo que hemos logrado, ahora nos toca disfrutarlo porque era un sueño que todos teníamos desde niños y de ver la Copa por la televisión a tenerla en la mano”.

El centrocampista Xabi Alonso recordó no obstante que “el partido fue muy cerrado, con mucho respeto por ambas partes, pero conseguimos marcar a pocos minutos de los penales y eso fue una suerte para nosotros”.

El técnico Vicente Del Bosque consideró que “España se merece este Mundial. Hay que celebrarlo por todo lo alto y estamos contentísimos por este triunfo”.

INCIDENCIAS DEL JUEGO

Brutal. “Es la entrada que más daño me ha hecho en la vida”, aseguró Xabi Alonso al referirse a esta espantosa patada del tulipán De Jong. Se la comió Robben la tuvo dos veces para cambiar la historia y poner a delirar a los holandeses, pero no pudo ganarle el duelo a Casillas.

Festejo Real. Los príncipes de Asturias Felipe de Borbón y Letizia irrumpieron en el camerino de España para felicitar a los jugadores por la Copa . Dedicatoria especial. Iniesta le dedicó el gol más importante en su vida a su amigo, el ex futbolista fallecido, Dani Jarque.

Impresionante. El estadio Soccer City lució sus mejores galas para la final. El ambiente fue más que impresionante.

¿Consuelo? Carles Puyol trató de animar a Sneijder, sin embargo el desconsuelo y el llanto del volante holandés por la derrota sufrida, pudo más.