Desde hace cinco meses dejó su puesto en el Hospital Nacional de Niños, desde entonces la vemos radiante y hasta más feliz.
María Luisa Ávila confesó que volver a su “charco” le hizo muy bien y aunque no tiene mucho tiempo libre ha podido aprovechar para descansar y pasear.
Como un alma de “espíritu libre” se siente feliz al lado de su pareja Eduardo Solano, con quien lleva tantos años que según dice “no hay que que llevar cuenta”.
A pesar de los años confesó que el matrimonio “nunca ha sido tema a de agenda”.
“No creo que necesariamente para estar juntas las personas requieran jurar ante un altar, y menos firmar ante un abogado. No creo en esos convencionalismos sociales, pero respeto a los que sí creen en ellos” aseguró.
Coqueta pero solo lo básico, según nos dijo, hace ejercicio y come de todo pero sano y cuando quiere chinearse va al spa y a donde el doctor Christian Rivera (a quien llama su hermano) para hacerse más bella.
“Para descansar y cargar pilas mi sitio favorito son las montañas de Heredia donde tenemos una pequeña cabaña muy acogedora que no tiene TV, ni teléfono, ni el celular entra. Una buena chimenea, buena música, buena compañía, más una copa de vino, es la mezcla perfecta para encontrar paz” agregó.
La tecnología es otra de sus debilidades y se ha convertido en toda una figura de las redes sociales como en Facebook donde tiene miles de seguidores y es toda una personalidad en el Twitter.
Su popularidad, dijo, se debe a que la interacción es genuina de “ciber-amigos” y no a que sea una figura pública.
Además dijo que si algo no le puede faltar al salir de su casa es su iPad.
Ella es toda una caja de sorpresas pues también se confesó de muy buena cuchara, según contó los mariscos son su especialidad.
