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Vida tranquila Elizandro Delgadillo Miranda (foto inserta) salió el miércoles a las 8:00 a.m. de su casa y nunca más regresó. La familia se extrañó de que no llegara a cenar. Róger AMORETTY/Al Día
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Matan estibador en Limón
OIJ vincula a dos menores Róger AMORETTY, corresponsal Rodolfo MARTÍN rmartín@aldia.co.cr
Limón.- Un estibador, que en los momentos libres se ganaba la vida como taxista informal, fue asesinado anteayer de tres balazos. Como sospechosos figuran dos menores, uno de ellos ya detenido por oficiales del OIJ local.
El cuerpo de la víctima, identificada como Elizandro Delgadillo Miranda, de 49 años, apareció en Westfalia, antenoche alrededor de las 11:25.
Estaba boca arriba, sin camisa ni zapatos y muy cerca de unas antiguas pilas construidas para la cría de tilapias.
A esas alturas de la noche, la Fuerza Pública y el OIJ de Limón desplegaban una desesperada lucha contra el tiempo para dar con su paradero. Llamado de alertaLa desaparición de Delgadillo, de nacionalidad nicaragüense, había sido reportada desde las 3:00p.m.
Unos informantes alertaron haber observado cuando dos hombres le disparaban a una persona y lo metían dentro de un Hyundai Elantra vino.
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Elizandro Delgadillo Miranda/Al Día
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Los temores aumentaron alrededor de las 5:30 p.m., cuando en un solitario lugar, conocido como “El Ceibón” apareció el carro abandonado y ensangrentado.
A partir de este momento, la búsqueda se intensificó.
Una hora más tarde, la policía capturó a un menor porque lo observó en actitud sospechosa.
Al ser detenido, se le decomisó el celular del taxista informal, y documentos del vehículo.
Ayer el OIJ y la Fuerza Pública desplegaron varios operativos para capturar al segundo sospechoso, sin que fuera posible.
El móvil del homicidio fue el robo, trascendió en medios judiciales.-
Sin embargo, al mediodía los dos sospechosos y un tercero, cuya identidad se desconoce, tuvieron un problema con Delgadillo cuándo éste se encontraba estacionado frente a la parada de los buses a Sixaola. Incluso, dos de ellos se dieron de golpes con el nicaragüense.
Al final, los desconocidos –supuestamente– lo habrían amenazado cuando le gritaron que “tenía las horas contadas”, según testigos.
Delgadillo, soltero y sin hijos, tenía ocho años de trabajar para la compañía estibadora Caribe.
El nicaragüense vivía en una casa que le alquilaba a su cuñada Irma Gómez y lo hacía con su sobrina Vivian Orozco porque ésta acababa de perder a su madre, informaron los familiares.
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