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camilo mejía La Prensa de Nicaragua para/Al Día
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Desertor nica presenció torturas La Vanguardia de Barcelona para
Nueva York - El soldado Camilo Mejía, nacido en Nicaragua, nacionalizado estadounidense y convertido en desertor en octubre del 2003, reveló haber presenciado torturas a prisioneros iraquíes en cárceles de Iraq.
Mejía, de 28 años e hijo del trovador nicaragüense Carlos Mejía Godoy, relató sus experiencias en las prisiones iraquíes, durante una entrevista telefónica esta semana con el periódico La Vanguardia, de Barcelona.
El rotativo publicó ayer que la tortura no sólo se ha practicado en la cárcel de Abu Ghraib, sino que los abusos prohibidos bajo la Convención de Ginebra han sido moneda común en los centros de detención estadounidenses en Iraq, según versiones de soldados.
El tema de las torturas, que eran ordenadas por los servicios de espionaje estadounidenses, ha provocado un escándalo mundial en los últimos días.
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juicio Camilo Mejía mostraba un crucifijo, en un encuentro con la prensa el 16 de marzo en una base militar al norte de Miami. Mejía espera ser juzgado por una corte marcial. Podría ser condenado a un año de prisión y ser dado de baja del Ejército por mala conducta. AP/Al Día
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InterrogarMejía, sargento de la 53 Brigada de Infantería, encargada de vigilar presos detenidos en la base de las fuerzas aéreas de Al Assad, en el oeste de Iraq, en la primavera del 2003, explicó que a los prisioneros excombatientes “se les sometía a técnicas de privación de sueño”.
“Estuvieron hasta 72 horas sin dormir antes de que fuesen conducidos a centros de interrogación”, aseguró.
Mejía, que espera juicio en una base militar de Georgia, relató que cuando los iraquíes se dormían, los soldados norteamericanos respondían de dos maneras: “Dábamos golpes con una almádena contra las paredes del búnker”, recordó.
En un espacio cerrado semisubterráneo, los martillazos “sonaban como explosiones”, describió.
Otra técnica -de la que Mejía fue testigo aunque los integrantes de su escuadra no la practicaron- era la “ejecución simulada”. Los soldados deslizaban la cámara de balas de sus pistolas de 9 milímetros junto a las cabezas de los presos semidormidos: “Hacía un ruido... ¡Shlik!, como si las estuvieran cargando, y los detenidos pensaban que les iban a meter una bala en la cabeza”, narró.
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objetor El 16 de marzo anterior, Camilo Mejía conversaba con la prensa en una base militar al norte de Miami. El joven se declaró objetor de conciencia de la guerra en Iraq. AP/Al Día
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¿Quienes daban las instrucciones y órdenes de tortura? “Había tres espías que no sé si eran de la CIA o de dónde”, contestó. “Uno era un árabe barbudo, otro un norteamericano bien afeitado. Les llamaban 'Scooter' y 'Artie'. Ellos mandaban y nosotros teníamos que hacer el trabajo sucio”, insistió.
En la prisiíón no había servicios de primeros auxilios de la Cruz Roja. “Se lo dijimos a los oficiales, pero no hicieron nada”, subrayó.
Según una carta pública enviada al presidente George W. Bush el viernes desde Amnistía Internacional, la privación de sueño, que constituye una técnica de tortura, es una de las formas de abuso practicadas de forma generalizada en Iraq junto a las “palizas, la colocación de capuchas a los detenidos, las descargas eléctricas y la obligación de estar de pie o de rodillas durante largos periodos”.
La cuestión es aún más grave ante el elevado número de inocentes detenidos. En Al Assad, el criterio usado para detener a un iraquí o definirlo como combatiente era bastante aleatorio, explicó Mejía. “Unos beduinos fueron detenidos porque encontraron una caja de municiones vacía... Decían que la querían para madera”, puntualizó.
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/Al Día
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Milicia y trova
Managua - Camilo Mejía es hijo del cantautor nicaragüense Carlos Mejía Godoy, estrechamente ligado al Frente Sandinista y autor de famosas piezas revolucionarias como “El Cristo de Palacagüina” o el himno del sandinismo. Mejía emigró a mediados de la década de 1990 a Estados Unidos, para financiar sus estudios universitarios y se unió al ejército norteamericano, donde permaneció tres años. Luego estuvo cinco años en la Guardia Nacional en Florida. Estudiaba Psicología en la Universidad de Miami.
En junio del 2003, fue enviado a la guerra en Iraq, donde estuvo cinco meses. En octubre de ese año, viajó a Estados Unidos con permiso de descanso de dos semanas, pero no regresó a su base.
El pasado 15 de marzo se entregó en la base Hanscom, Massachusetts, y se declaró “objetor de conciencia”.
Mejía denunció que la guerra en Iraq era por el control del petróleo y por dinero y dijo sentir remordimiento por la muerte de varios civiles inocentes en un tiroteo en que participó.
Una de las paradojas en la vida del joven soldado desertor, es que su padre compuso el himno del sandinismo, en el que se señala que “luchamos contra el yanqui, enemigo de la humanidad”. (La Prensa de Nicaragua)
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