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Tribuna libre
Empresarios cautelosos Samuel Yankelewitz
La Unión de Cámaras realiza desde 1996 la encuesta trimestral de negocios para conocer la percepción de los empresarios sobre los resultados económicos y sus expectativas.
La experiencia ha demostrado que este instrumento refleja bien la realidad económica, y de ahí la importancia de seguir aplicándolo y comentar sus resultados.
Las recientes cifras de la encuesta correspondiente al primer trimestre del 2004 señalan que, en términos generales, los empresarios se mostraron cautelosos y ven con relativamente poco optimismo el segundo trimestre de este año.
Esta percepción es consistente con las señales de desaceleración económica que muestran algunos indicadores de corto plazo que publica el Banco Central.
El índice mensual de actividad económica pasó de 5,4 por ciento en noviembre del 2003 a 3,4 por ciento en febrero del 2004, excluyendo la industria de alta tecnología, el crédito interno está estancado y, como si esto fuera poco, también se presenta una disminución en el consumo eléctrico industrial y en el gasto en publicidad.
Además, el creciente precio del petróleo, que ha alcanzado su punto máximo en 13 años, y el alza en el precio internacional del acero, debido a la vasta demanda china de esta materia prima, son factores externos que podrían afectar el desempeño de la economía costarricense.
Por otra parte, dentro de los factores internos que también podrían influir en el crecimiento económico de corto plazo, encontramos una situación de incertidumbre respecto a las reformas estructurales que están contenidas en la agenda nacional, entre ellas la reforma fiscal, la apertura de seguros y telecomunicaciones y la aprobación del CAFTA, todas ellas muy importantes para más de la mitad de los empresarios encuestados.
Otro elemento importante que podría contribuir negativamente con las expectativas de los empresarios es la inseguridad jurídica para la inversión, puesta en evidencia luego de los tristemente célebres episodios relacionados con contratos como la cárcel de Pocosí y, más recientemente, con Alterra Partners y la concesión de Puerto Caldera.
El país debe manejar con suma prudencia estos casos, pues se están emitiendo señales que podrían posponer inversiones y, por ende, impactar negativamente la generación de empleo y el crecimiento económico.
Pese a todos estos factores, las personas entrevistadas, representantes de los diferentes sectores, entre ellos grandes, medianos y pequeños productores, mantienen expectativas positivas sobre su desempeño particular. Esto demuestra que los empresarios tratan de mantener y mejorar su competitividad, aun cuando el horizonte económico no sea tan positivo como desearían.
Así como existe una fuerza empresarial emprendedora, dispuesta a asumir retos y compromisos para contribuir con la generación de empleo y riqueza, también se requiere de un Estado más eficiente y comprometido con la competitividad del país como un todo.
A los empresarios, al igual que a nuestros gobernantes, nos anima el deseo de heredar a nuestros hijos una patria cada día más vigorosa, desarrollada y próspera.
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