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El súper La Flor de Liz fue asaltado, el viernes en la madrugada, por una banda que se llevó ¢600 mil en diversos productos.
Luis Ángel FLORES/Al Día
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Hampa amenaza a comercio Luis Ángel FLORES, corresponsal
Los Chiles.- Dos asaltos a locales comerciales de Los Chiles, en menos de 24 horas, alarmó a la población del centro de la ciudad, donde, al parecer, actúa una banda de asaltantes que la Fuerza Pública no ha podido controlar.
El golpe más reciente fue propinado al abastecedor Súper La Flor de Liz, la madrugada del viernes, donde se robaron unos ¢600 mil en champús, ruedas de cigarros, un taladro, un detector de billetes, varias cajas de condones, entre otros productos.
Confirmó su propietario, Minor Mora, quien agregó que en la bodega del local destruyeron la caja registradora, valorada en ¢240 mil.
No hallaron más efectivo, pues lo habían depositado el día anterior en el Banco Nacional.
El dueño aseguró que los malhechores habrían ingresado por la parte trasera, forzaron tres láminas de zinc para entrar por el techo y luego bajar a la bodega.
Se presume que esta misma banda fue la responsable de asaltar, el jueves, la Soda Pamela, ubicada en la parada de buses del centro de Los Chiles. Los antisociales sustrajeron, luego de quebrar las celosías, 24 botellas de cola chaler –un producto nicaragüense– y 15 refrescos embotellados.
Manuel Duarte, propietario del local desde hace 8 meses, lamentó que en el robo estén involucrados menores y adultos.
“Esta situación es consecuencia de la falta de empleo, entonces los que trabajamos somos los afectados”.
Duarte abogó porque el Gobierno, mediante el Instituto Nacional de Aprendizaje (INA), capacite a los jóvenes en diversos cursos que son necesarios en el cantón, como albañilería, carpintería, fontanería y repostería.
Mora, por su parte, declaró que “todos los propietarios de locales comerciales en el centro de Los Chiles nos vamos a organizar para dar con esta banda que ha venido a dañar la imagen del cantón”.
Ambos asaltos son investigados por el OIJ. Falla vigilanciaCarlos Acosta, vecino del cantón, criticó el funcionamiento de la vigilancia policial en la zona.
“Solo en este país se observa que los guardias trabajen quince días y tengan otros quince libres, recibiendo salario. Antes, cuando los policías trabajaban a pie y las calles eran de barro, el pueblo estaba bien cuidado. Hoy, que tienen vehículos, carecemos de vigilancia en la madrugada”, apuntó el lugareño.
Consultado telefónicamente, el sargento Mora, de la Delegación de la Fuerza Pública, dijo que únicamente cuenta con dos policías de guardia para hacer los recorridos de rutina. Sin embargo, aseveró que los fines de semana refuerzan los controles con más oficiales.
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