Perspectivas
¿A la tica? Eduardo Castro
En un ejemplo incuestionable de lo que es capaz la actual Administración, en cuanto a improvisación y complacencia ante la presión callejera, se dispuso una serie de cambios en la revisión técnica de los automotores.
Tan irresponsables fueron esas modificaciones, que, apenas dándose a conocer, renunció el director de la Policía de Tránsito, Ignacio Sánchez, quien no dudó un segundo en cuestionarlas. Después, a solicitud del presidente Pacheco, continuó en el cargo.
Esta semana, Seguridad Vial denunció la laxitud con que se actuó, y, para terminar de sacarla del estadio, el propio ministro de Transportes, Ovidio Pacheco, anunció que tratará de echar abajo algunos de los cambios, pues no los respalda.
Y es que hubo daños en los autos, antes considerados como graves, que pasaron a ser cualquier cosa. Incluso, se llegó al colmo de la alcahuetería: andar sin sujetar la placa del auto es ahora peccata minuta.
Y no hablemos de aspectos graves y peligrosos, que pueden producir accidentes mortales, como permitir una barra de dirección soldada (sí, aunque no lo crea, lo leyó bien: soldada).
Toda esta “flexibilización” es producto de la canillera que le dio al Gobierno, cuando vio las calles tomadas por insubordinados a la autoridad.
Ahora, los importadores de autos piden una “flexibilización” más para no presentar el certificado de gases emitido en el país de origen. Llegaron tarde: para obtener tal granjería, debieron sumarse a los revoltosos de agosto, y hoy sería un hecho la importación de cacharros expelentes de todo tipo de veneno.
Quien hoy trata, con un mal entendido gracejo campesino, asuntos serios de Estado, como la crisis de Gabinete (“Si se van es porque quieren”, dijo al referirse a los ministros salientes), habló al principio de su gestión de “revisión a la tica”.
Ahora vamos para la “revisión a la tica” (ll) y, si prospera la gestión del titular del MOPT, no tenemos duda de que nos esperan más barricadas y tendremos “revisión a la tica” (lll).
Rechazo que, para justificar complacencias, a esos desaguisados se les ponga el calificativo de “ticos”, como si los todos los costarricenses fuéramos una manada de irresponsables.
La revisión técnica de los autos debe ser estricta para garantizar la seguridad de conductores, pasajeros y peatones, aparte de que por ella seguiremos pagando, por lo que debemos exigir un trabajo meticuloso.
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