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Más vigilancia
Las autoridades del Colegio Elías Leiva, de El Tejar de El Guarco de Cartago, decidieron ayer que un guarda vigile la entrada y salida de personas del centro educativo.
Rafael PACHECO/Al Día
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Asedian colegios y escuelas
Delincuentes roban y venden drogas en centros educativos Álvaro SÁNCHEZ CÓRDOBA
alvarosanchez@aldia.co.cr
¿Colegios y escuelas seguros? Hum...Nada del todo.
Que lo diga Michael Moya, de 23 años, y profesor de Dibujo Técnico del Colegio Elías Leiva de El Tejar de El Guarco, Cartago
Moya es la más reciente víctima de delincuentes que ingresan “camuflados” a los centros educativos del país.
Vestidos como cualquier otro estudiante, con salveque y hasta con libros bajo el brazo. Así ingresan a las escuelas y colegios a robar, vender droga y causar daños.
Moya recibió el miércoles, a la 1 p.m. dos puñaladas por parte de un desconocido con uninforme de colegio, en uno de los servicios sanitarios para estudiantes del colegio.
La versión judicial indica que se trata de un delincuente que ingresó al colegio por la parte trasera para intentar robarse algo, pero fue sorprendido por el docente (ver nota aparte).
Rocío Solís, directora de la Oficina de Niñez del Ministerio de Educación Pública (MEP), reconoció ayer que hay casos de centros educativos donde los delincuentes se las ingenian para ingresar y crear problemas.
Sumado a ello aparecen incidentes con educandos. Un estudiante vapuleó hace pocos días al director del Liceo José Joaquín Vargas Calvo, de San Pedro de Montes de Oca.
En el 2003, los robos dentro de los centros educativos aumentaron, pues se registraron 1.073 mientras que en el 2002, fueron 869, indican datos del MEP.
Los lugares donde se presentaron, en el 2003, la mayor cantidad de agresiones entre estudiantes y contra docentes fueron los pasillos (3.069 casos).
Se contabilizaron 2.984 casos fuera de las escuelas y colegios, 2.426 agresiones en las aulas, 623 en el comedor, 412 en los baños y 331 en el gimnasio del centro educativo. Solo timosUna fuente judicial confirmó a Al Día que los delincuentes tienen varios timos para entrar a los centros educativos y cometer algún delito, entre ellos, el vestir como estudiantes y aprovecharse de la gran cantidad de alumnos que hay en algunas instituciones.
Además, se sabe que hay personas que se presentan como allegados de algún estudiante y fingiendo ser vendedores de libros y enciclopedias, para entrar a los colegios y escuelas.
Estas personas lo hacen durante las tardes, según la fuente, para aprovechar que hay menos personas en la institución, y utilizan los baños, oficinas y hasta las aulas vacías para ocultarse.
La falta de recursos para mantener un guarda las 24 horas del día o colocar malla en los alrededores de los centros educativos, es una de las ventajas que tienen los delincuentes, reconoció la funcionaria del MEP.
Un casoUno de esos casos más interesantes es el Liceo Napoleón Quesada de Guadalupe.
La directora, María Luisa Ortiz, dijo que “desde al año anterior sacamos personas ajenas a la institución que ingresan con uniforme a robarse cosas”.
Agregó que el último caso se produjo hace unos días y que, incluso, revisó el bulto que portaba el joven, pues sospechaban de que estuviera ingresando droga pero lo descartaron.
“Mantenemos un guarda en el portón para que esté vigilante de quién ingresa, pero por el gran número de estudiantes hay que estar muy alerta”, dijo Ortiz, quien informó que esta semana decomisó un arma y un cuchillo a varios estudiantes.
La subdirectora del Colegio Elías Leiva, de El Tejar de El Guarco, Bielka Fernández, indicó que el hecho del miércoles es aislado pero muy preocupante.
“Sabemos que en los alrededores hay problemas de drogas y robos pero ya esto pasó a algo más. Esto causa nerviosismo entre la comunidad estudiantes y los docentes, por esa vamos a tomar algunas medidas urgentes”, añadió.
Ayer se intentó conversar con el ministro de Educación, Manuel Antonio Bolaños, pero no quiso referirse a la seguridad de los centros educativos.
Él giró una directriz, el miércoles 25 de febrero, para que se revisaran los bultos de todos los estudiantes a diario.
Esta medida se tomó para evitar accidentes como el del 20 de febrero en la Unidad Pedagógica de La Florida de Tibás.
Allí, dos niñas recibieron un balazo en sus pies porque a un colegial se le activó por error un arma que llevaba en su maletín para defenderse por su supuesto enfrentamiento entre barras futboleras.
El 15 de mayo del 2003 un colegial llevó un arma al Liceo de Venecia, en Matina, Limón y mató a su compañero Michael Fajardo Hernández, de 15 años.
Rocío Solís, funcionaria del MEP, dijo que la revisión de bultos debe hacerse a diario.
Además, dijo que los responsables de la seguridad en los centros educativos es de los directores y docentes por eso recomendó solicitar el carné de identificación a los estudiantes cuando ingresen a la institución y mantener cerrados los portones.
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Michael Moya
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El profe se salvó
Michael Moya, profesor de Dibujo Técnico del Colegio Elías Leiva de El Tejar de El Guarco de Cartago, no olvidará el 22 de setiembre del 2004.
“Hay que poner fin a la violencia en los centros educativos. No es posible que un desconocido entre al colegio vestido de estudiante y le propine a alguien tres puñaladas y huya”, dijo ayer Moya en su casa de habitación, en Cartago, donde se recupera de las heridas que le infligió un delincuente que aparentemente intentaba robar en dicho centro educativo.
“Salí de mi casa para el colegio a las 11:05 de la mañana, pasé al cajero automático. Mientras caminaba hacia el colegio noté que tres personas me seguían, tomé un taxi y creí que los había perdido.
“Cuando empecé la clase fui al baño de los profesores, salí, le devolví la llave a la encargada y me fui hacia el aula.
“En ese momento vi que venía una persona con barba, zapatos café y el uniforme colegial y me pareció demasiado sospechoso; se me pareció a una de las personas que me venía siguiendo minutos antes.
“Cuando él me vio se metió al baño de hombres y yo lo seguí. Entré al baño y se abalanzó con un cuchillo y me hirió dos veces en el pecho. Me decía que soltara todo, la plata el celular, todo o “'te mato, no me cuesta nada', me decía”, narró Moya.
En ese momento, empezó un forcejeo con el delincuente, quien le propinó otra herida en la pierna izquierda.
“Yo le pegué en la nariz y gritó, fue ahí donde salió corriendo. Yo muy herido intenté caminar pero me desplomé”, agregó.
“No hubo nunca ninguna venganza, No era un estudiante, era alguien ajeno a la institución vestido de estudiante”, confirmó Michael.
Actualmente, está incapacitado mientras sana de las heridas que le propinaron con un cuchillo. Además, ayer aprovechó para visitar la sucursal del INS e interponer la denuncia ante el OIJ.
Problema real
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En el Colegio Técnico Profesional de Limón han decomisado armas y se sabe de la venta de droga en zonas cercanas al centro educativo, aseguró ayer, a la 1:30 p.m., Marcos Herron, uno de sus profesores. Ahí estudian 1.400 jóvenes. En su criterio, no hay certeza de que los estudiantes se presten para introducir la droga o que haya personas que se hacen pasar por alumnos para entrar al colegio.
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El 10 de marzo, la policía encontró en el bulto de una alumna de noveno año, del Colegio Nocturno de San Carlos, 75 piedras de crack. En el Liceo de San Carlos, según la directora Marina Rudas, a principios de año había una persona, de la que no se sabe si era estudiante, quien supuestamente vendía drogas a alumnos. El trasiego se daría en una soda cercana al colegio.
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La subdirectora del Colegio Elías Leiva, de El Tejar de El Guarco de Cartago, aseguró ayer que la revisión de bultos se hace a diario y de manera aleatoria. En una de esas revisiones, esta semana, se decomisó un arma de balines. Añadió que las agresiones entre estudiantes, entre docentes o entre ambos, no se presentan en el colegio frecuentemente.
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