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A pesar de que los resultados no le favorecen, los colores del Deportivo Saprissa nunca desaparecerán de la casa de don Félix González, quien no se quiso separar de su amado equipo ni siquiera después de su muerte.
Abelardo FONSECA/Al Día
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Morado hasta la tumba Marcela DELGADO, corresponsal
mdelgado@aldia.co.cr
Ciudad Quesada.- ¡Las cosas de la vida! Don Félix González murió hace cuatro años y aún hoy es recordado por una particularidad: ocupa una tumba morada y blanca y dejó su casa de habitación, en La Guaria de Sarapiquí, pintada con los colores de este equipo y hasta con un retrato del monstruo.
En el cementerio de ese mismo lugar, llama la atención esta tumba, construida delicadamente para dejar en claro el amor que sentía don Felix por el campeón nacional.
A la orilla de la vía principal hacia Puerto Viejo, tuvimos que detenernos. Esa vivienda no es como otras, es signo de que ahí vivió un morado de corazón.
Ahí nos atendió Marielos González, hija de don Félix. "Mi papá toda la vida fue saprissista, para él todo debía ser morado y blanco. En uno de esos arrebatos, pintó toda la casa morada por dentro y de los dos colores por fuera. Le pagó a un muchacho para que le pintara el monstruo", contó Marielos.
Y es que ese legado de saprissismo nato lo dejó a sus familiares.
Sus 13 hijos, nietos, yernos y nueras hoy comparten ese amor al fútbol y esa fidelidad al conjunto morado, en las buenas y en las malas.
"Tenemos que darle una manita a la pintura, ese monstruo ya está muy desteñido, claro de todos los golpes que se ha llevado", dice, entre risas, Ronald Ávila, yerno de don Félix.
Ronald estudia la posibilidad de plasmar en otra de las paredes de su casa la nueva versión de la mascota del Saprissa.
Cuando don Félix murió, cuentan sus familiares, directivos del Saprissa llegaron a su vela con una placa, distinguiéndole como uno de los aficionados más leales. La "S" lo hizo sufrirHoy sus familiares deducen, entre bromas, que murió de depresión. "Él se enfermaba cuando Saprissa perdía. Unos días antes de su muerte el equipo perdió un partido y a veces vacilamos con eso, por que pensamos que murió por el equipo", comentó su hija.
En cambio, cuando el equipo de sus amores ganaba, salía con su bicicleta por todo el centro de su pueblo, luciendo una enorme bandera morada y blanca.
Su familia todo lo busca morado, según se refleja en el color de las sillas, las bicicletas, su ropa....todo en la familia González gira alrededor el color del "Monstruo", el gran legado de don Félix.
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