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Perspectivas
Mundo desigual Esteban Cuvardic
La familia real británica, la misma por la que millones de personas se "derriten" por conocer todas sus intimidades, vuelve a ser noticia. Y, como de costumbre, por algo negativo.
El príncipe Enrique, el hijo de Carlos y la mítica Diana, pidió disculpas públicamente por haber vestido un uniforme nazi en una fiesta de disfraces.
Tremendo error el de "Enriquito", una total falta de respeto para los judíos. ¿Cómo se puede tomar tan a la ligera uno de los peores holocaustos en la historia de la Humanidad?
Bien harían todos los ricachones de la corte inglesa en donar una buena tajada de sus millones a los damnificados por el terrible maremoto del sudeste asiático.
¿O acaso la reina Isabel piensa llevarse a la tumba su increíble colección de joyas?
No. Da rabia que este mundo tenga polos tan opuestos.
Lo mismo ocurre en Costa Rica. Mientras unos cuantos hicieron de las suyas con las famosas comisiones, mucha gente en la provincia de Limón la está pasando bien fea.
Por dicha, se está imponiendo la solidaridad. Pero ¿será suficiente? Ya sabemos que del Gobierno poco o nada se puede esperar. La Administración Pacheco está siendo un verdadero desastre.
Lo bueno es que se están organizando campañas, en las que no faltan futbolistas reconocidos, para darle una ayuda a la sufrida provincia caribeña.
Un día de éstos, por ejemplo, observé a Try Bennett, del Deportivo Saprissa, enfrente del restaurante de Pilo Obando, en Tibás, recogiendo plata junto a otros voluntarios de la Cruz Roja.
Loable acción de Try y de otros jugadores, al igual que la maratón organizada por Canal 7.
A nivel internacional, la solidaridad también apareció entre grandes organizaciones deportivas, como la NBA, las Grandes Ligas, la NFL (fútbol americano) y poderosos clubes europeos, para ayudar a las víctimas del impresionante maremoto en el sudeste asiático. Al "principito" Enrique y a toda la corte inglesa, al igual que a todos los "reyes", un mensajito: olvídense de tanta fiestecita, de tanta tontera, y pongan atención a las cosas importantes de este mundo. Que la vida no es eterna...
Y es que da cólera pensar que hay suficiente plata para acabar con el hambre en todo el mundo. Lamentablemente, la riqueza está muy mal repartida.
Mientras unos sufren hasta niveles insospechados (limonenses, asiáticos), otros gastan el tiempo vistiéndose de "nazi".
¡Madre mía, en qué mundo vivimos!...
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