Nutrición
Controle la grasa Marcela Dumani mdumani@racsa.co.cr
Una de las recomendaciones más claras para prevenir enfermedades cardiovasculares, sobrepeso u obesidad, distintos tipos de cáncer y elevación de colesterol o triglicéridos sanguíneos -entre otras afecciones- es comer con poca grasa.
La grasa no puede ser eliminada del todo en la dieta, cumple funciones muy importantes como constituyente de las membranas celulares, el sistema nervioso, varias hormonas y como medio de transporte de las vitaminas solubles en grasa (A, D, E y K).
Sin embargo, excederse en su consumo es poco saludable. Por eso es importante conocer la cantidad de grasa que hay en los alimentos y así tomar decisiones que permitan una dieta variada, sabrosa y más sana.
Contienen mucha grasa los siguientes alimentos: natilla espesa, sustituto no lácteo de la leche (crema en polvo), queso crema corriente, amarillo, duro de leche íntegra, tipo gouda, yema de huevo, carne de pato, chicharrones (en especial los de costilla de cerdo), tocino, alas de pollo (más aún fritas), pollo con piel, carne de cerdo grasosa (costilla, rabo, patitas), carne de res grasosa, lengua y sesos de res, jamón prensado, paté de jamón, chorizo de cerdo, mortadela con grasa, salami, salchicha, salchichón, atún o sardina enlatados con aceite, semillas grasosas en general (maní, nueces, marañón, ajonjolí, macadamia), papas fritas, coco, aguacate (aunque su grasa es muy saludable), frijol de soya, granola con grasa, pinolillo, distintos tipos de galletas (en especial las que tienen rellenos cremosos), chocolates, repostería en general (y más la que es a base de pasta de hojaldre), mayonesa, aderezos grasosos para ensalada, salsa de queso cheddar, comidas fritas, comidas rápidas (no todas, pero sí la mayoría), todo tipo de "snacks" o bocadillos fritos empacados. Además, todos aquellos alimentos a los que se les agregue mucha grasa al prepararlos o en el momento de comerlos.
No se trata de eliminar del todo estos productos de la dieta, pero sí regular y limitar su consumo y ordenar la alimentación de tal forma que en un mismo día o en una misma comida no se ingieran varios de ellos. El control sobre el consumo de grasa se debe aplicar desde la niñez y durante la adolescencia, pero una limitación extrema en estas etapas puede afectar el crecimiento y el desarrollo.
|