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Gabriela Rodríguez, voluntaria, atendía ayer a las 2:30 p.m. la tienda de un grupo de discapacitados en Naranjo. Ellos elaboran artesanías y manualidades para colaborar con el sustento de sus familias.
Carlos SALAZAR/Al Día
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Discapacitados emprendedores
Venden diversos artículos en Naranjo Carlos SALAZAR, corresponsal
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Naranjo.- Un grupo de siete personas con discapacidades diversas, con la responsabilidad de dar sustento a sus familias y progresar como personas, lucha cada día para vender en una tienda de Naranjo los productos que elaboran con sus manos.
Ubicados al costado noreste del edificio Municipal, desde hace un año, tienen en exhibición muebles de bambú, artesanías de ese material, pinturas, ropa para niño y diversos regalos para múltiples ocasiones.
Los integrantes del grupo iniciaron su formación vocacional en el antiguo Sistema Local de Rehabilitación (SILOR), hoy taller del Centro Regional de la Centro Nacional de Rehabilitación y Educación Especial (CNREE).
Grettel Alfaro, directora regional, explicó que la institución busca insertar a las personas con discapacidad en la sociedad, mediante la formación en diversos oficios como artesanos, costureras o administradores de pequeñas empresas.
"Queremos que las personas con discapacidad se realicen a plenitud, sean independientes, pueda verse por sí mismos, ser capaces de ir a los bancos, utilizar los cajeros automáticos, en fin insertarse en la sociedad", dijo.
Agregó que la tienda es una pequeña empresa que ellos mismos propusieron como proyecto de empresa, y abre todos los días de siete de la mañana a cinco de la tarde, excepto los domingos.
Martha Sibaja, la administradora, comentó que en la tienda ofrecen diversos productos, elaborados a mano, además de plantas medicinales como chan, zaragundy, romero, albahaca, ruda, salvia, Altamira, ajenjo y borraja, entre otras.
"Queremos que los naranjeros y los habitantes de la región nos visiten, porque aquí podrán encontrar regalos para el nacimiento de bebés, cumpleaños de amigos o amigas, así como colchas, blusas, ropa de cama, además de muchas cosas", precisó.
Por su parte, Gabriela Rodríguez, voluntaria que atiende el negocio varios días a la semana, afirmó que con su trabajo también ayuda a su padre, el dueño de la sección de plantas medicinales.
"Aquí las personas con discapacidad demuestran que pueden realizarse plenamente, trabajar, cumplir con sus deberes y colaborar económicamente con la familia", precisó Sibaja.
"Solamente necesitamos una oportunidad para desarrollarnos, y la gente puede colaborar adquiriendo nuestros productos, que son de primera calidad", aseguró.
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