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Un empleado de la finca Sucre, beneficiada con el proyecto, separa el estiércol para que se convierta en abono orgánico.
Unidad de Comunicación MICIT para/Al Día
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Nueva tecnología para lecheros Juan Pablo CARRANZA
jpcarranza@aldia.co.cr
Redacción.- Ayer por la mañana, en la sede del Instituto Tecnológico (TEC) en San Carlos, se presentaron los resultados de un proyecto de producción más limpia que beneficia a 500 productores de leche del país.
El modelo busca la producción de leche orgánica, con lo que se disminuirán los costos de producción y habrá un mejor manejo del ambiente.
La propuesta se desarrolla desde febrero del 2002 en cinco fincas asociadas a Coopelecheros R.L y es dirigida por expertos del Instituto Tecnológico de Costa Rica.
El financiamiento, de ¢16 millones, lo otorgó el Programa Fondos Concursables auspiciado por el Ministerio de Ciencia y Tecnología y administrado por el Consejo Nacional para Investigaciones Científicas y Tecnológicas.
Para la exposición de sus resultados, se organizó una Jornada Científica en Santa Clara de San Carlos, en la que participaron el ministro de Ciencias y Tecnologías Fernando Gutiérrez, representantes del CONICIT y los investigadores del Instituto Tecnológico de Costa Rica.
Para Wilfrido Paniagua, encargado de desarrollar las investigaciones, el grupo se planteó dos objetivos.
"Primero disminuir el impacto ambiental que generan las aguas residuales y los sólidos orgánicos de las lecherías y segundo como poder integrar todos esos resultados a la producción con un nivel de eficiencia óptimo", dijo. Para involucrar a los productores en el proceso, se organizaron talleres y charlas de motivación y entrenamiento. ModernoEn cada una de las fincas se realizó un análisis socioeconómico y agroecológico, para realizar propuestas tendientes a reutilizar los desechos orgánicos.
Los problemas detectados fueron el mal manejo de los desechos sólidos y de las aguas residuales, una alta dependencia del uso de concentrados y productos químicos y la presencia de moscas domésticas.
Los finqueros recogen la boñiga de los corrales, le implantan lombrices californianas, la procesan, y la utilizan como abono orgánico. En promedio, la producción mensual es de 80 sacos.
El abono se utiliza para regar los cultivos de hortalizas, plantas ornamentales, plantas medicinales y forrajes en invernaderos construidos en las fincas.
Esto incide en la disminución de hasta un 25 por ciento en la utilización de abono químico.
Las aguas residuales pasan a una laguna de tratamiento y se reutilizan como fuente para el riego en época seca y para limpiar los corrales.
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