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Sangre y fuego
Tres hombres encapuchados repartieron balas, sin piedad, en la agencia del Banco Nacional en Monteverde. Siete personas y dos de los delincuentes murieron en el fallido asalto.
Archivo/Al DíaAl Día
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Violencia manda en asaltos bancarios
Roban en 32 agencias en últimos 3 años Sylvia ALVARADO
Rodolfo MARTÍN
rmartin@aldia.co.cr
Endemoniadas, las ráfagas de las AK-47 luchaban por traspasar los ventanales, mientras el horror de 33 personas cayó al suelo el 8 de marzo, en la tarde más negra de Monteverde.
Una empleada nicaragüense se disponía a enviar todo lo que tenía (¢10 mil) a su madre, un turista necesitaba cambiar $20 en colones y una pareja ilusionada firmaría el crédito para su casa. Ninguno pudo hacerlo, pero al menos siguen con vida.
Otras siete personas perdieron las suyas por el simple hecho de acudir o trabajar en ese banco.
Solo en el 2004, los hampones se robaron ¢84 millones en diez asaltos a ocho bancos costarricenses. El más golpeado, durante ese año, fue el Banco de Costa Rica, en que tras cuatro visitas, los delincuentes se llevaron ¢37,6 millones. Cuatro personas permanecen detenidas a raíz de esos hechos.
Durante el 2002, 2003 y lo que va del año, otros 21 golpes a instituciones crediticias se han perpetrado, pero ni el OIJ ni la Asociación Bancaria Costarricense (ABC) entregaron montos de lo robado.
De todos ellos, sin duda, el golpe del pasado 8 de marzo es el más violento. Aunque los antisociales no lograron sustraer capital del Banco Nacional de Monteverde, Puntarenas, el fallido asalto terminó con la vida de nueve personas, incluidos dos de los asaltantes.
Ese día, con sangre y dolor, se inauguró en el país la modalidad de asalto con secuestro, pues el único antisocial que sobrevivió a la balacera inicial (Erly Hurtado, ahora preso en La Reforma), retuvo dentro de la agencia a 33 personas, entre clientes y funcionarios.
"Podría ser que comparándonos con otros países no estemos tan mal, pero cuando tenemos un solo asalto tan grave en que perecen nueve personas y 17 quedan heridas, la magnitud cualitativa se impone a la cuantitativa", dice Jorge Monge, presidente de la ABC.
A escasos días de la masacre, gerentes y jefes de seguridad de los bancos y autoridades de Seguridad Pública acordaron reforzar los sistemas de seguridad y garantizar normas mínimas comunes en todas las instituciones bancarias.
Para el ministro de Seguridad Pública, Rogelio Ramos, las normas mínimas se hacen necesarias para evitar que algunos bancos estén más seguros dejando en evidencia las vulnerabilidades de otros.
El Ministro señaló que desde hace algunos años, una comisión bancaria con participación del OIJ y el Ministerio, ha logrado avances en aspectos vitales, como tiempos de respuesta de la policía ante un asalto o robo por medio del sistema unificado de alarmas, camiones remeseros y estrategias para evitar estafas, entre otras.
"Hay cosas en las que se ha avanzado, pero no podemos decir que todo está perfecto. Hay personas que acaban de morir, hay daños importantes e impacto en el país por este tema y es obligación nuestra y de las entidades bancarias hacer una revisión pormenorizada de todos estos hechos para tomar medidas que reduzcan la posibilidad de que algo así se repita". Los venezolanosJefes de seguridad de los bancos Nacional, de Costa Rica y Crédito Agrícola de Cartago coinciden en que la aparición de la banda de los venezolanos (en la primera mitad de los 90) marcó la pauta en cuanto a asaltos y en que el nivel de violencia y sofisticación de los antisociales ha venido en aumento.
Para Roberto Méndez, del Banco Nacional, la cifra de golpes es bajísima si se compara con lo que ocurre diariamente en Guatemala, Honduras y El Salvador, pero la violencia "es preocupante".
"Antes el delincuente 'negociaba' porque decía la plata o la vida. Ahora, simplemente, primero matan y luego buscan el botín", señaló Méndez.
Eugenia Sánchez, jefe de seguridad del Crédito Agrícola de Cartago, señaló que los delincuentes están al tanto de las diferentes medidas y avances en materia de seguridad que toman los bancos.
"Los delincuentes de antes, son cosa del pasado. El hampa actual tiene acceso a mucha tecnología e, incluso, en algunas ocasiones va más adelante que la empresa privada".
"Tienen tiempo para hacer vigilancias y planes de acción. No tienen otras cosas que hacer que buscar nuestras debilidades", indicó Sánchez.
Carlos Astorga, gerente de seguridad del BCR, reconoció que "el nivel de violencia y técnicas también se están importando. Se da la transnacionalización del delito: nos llegan nuevas modalidades y más violencia. Cerrar los ojos a esto sería irresponsable".
Todos dijeron que la preocupación más importante tiene que ver con la seguridad de los clientes.
Y usted, ¿se siente seguro?
Después de Monteverde, ¿qué?
"Nadie podía prever un asalto bancario donde perecieran nueve personas, pero al ritmo que vamos, con 10 asaltos el año pasado y cuatro este año, es muy posible que tengamos asaltos las próximas semanas. Hay que ver si esto ya forma parte de la realidad de la Costa Rica de hoy".
Quien habla así es el presidente de la Asociación Bancaria Costarricense (ABC), Jorge Monge.
Para el ministro de Seguridad Pública, Rogelio Ramos, el panorama es preocupante, pero no tan oscuro.
"Tuvimos un asalto con una banda armada muy peligrosa, que tenía graves antecedentes de violencia y se han dado actos en otros sitios, pero no es cierto que aquí los bancos sean asaltados a cada momento ni es la circunstancia que se está dando en el país", indicó Ramos.
¿Está acaso minimizando la situación?, le preguntamos. "No estoy minimizando nada. Si le estoy poniendo tanta atención, no es porque crea que esto es una cosa aislada que no pueda volver a ocurrir".
Sin embargo, Ramos se apresuró a aclarar que "no soy el responsable de la seguridad de los bancos. Por eso propuse a los encargados de seguridad unificar los criterios para que todos los bancos tengan el mismo sistema".
Para el jefe de Seguridad del Nacional, Roberto Méndez, lo ocurrido en Monteverde, "fue totalmente atípico porque ese índice de violencia nunca antes se había visto en un asalto bancario, ni siquiera con la llegada de los asaltantes venezolanos".
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