|
Punto y aparte
El agua de Bagaces Vladimir de la Cruz
El Servicio Nacional de Aguas Subterráneas, Riego y Avenamiento (SENARA) quiere trasladar, mediante un ducto de 58 kilómetros, las aguas del Río Piedras, de Bagaces, al Golfo de Papagayo y otras costas de Guanacaste, con el pretexto de irrigar áreas agrícolas.
Sin un pago justo a la comunidad de Bagaces y su municipalidad, SENARA quiere llevarse el agua, pese a que los agricultores de ese cantón la necesitan, para atender proyectos turísticos en Papagayo.
SENARA invertirá $30 millones en dos ramales de tubería, desde Río Piedras hasta centros de almacenamiento en Cartagena, Brasilito de Santa Cruz y cerca de Condovac, para solucionar problemas del manto acuífero de Nimboyero, en Lorena de Santa Cruz. Estos ramales irrigarán más de 1.200 hectáreas en Santa Cruz y Papagayo.
SENARA no ha demostrado a la Municipalidad de Bagaces la viabilidad ambiental, económica y financiera de su proyecto, y a la comunidad bagaceña no le ofrece ganar nada.
El agua que SENARA quiere trasladar es para mantener los campos de golf en los complejos turísticos de Guanacaste, y no para la agricultura ni la ganadería. En la construcción de estos campos de juego se destruye la naturaleza y se usan sustancias tóxicas que matan sus especies animales, provocando parcialmente problemas en el mantenimiento del agua.
En Costa Rica, el 81 por ciento de las concesiones otorgadas en la zona marítimo terrestre (ZMT) está en manos de inversionistas estadounidenses, seguidos de canadienses, italianos, mexicanos, españoles y algunos políticos nacionales.
Debido a la forma en que se han hecho, muchas de estas concesiones están prohibidas por ley, pues invaden y se apropian los 200 metros de la ZMT y los 50 incluidos de playa inalienable.
Algunos procesos de privatización contemplan reducir la ZMT a 50 metros, con el fin de vender a extranjeros los 150 metros restantes.
El Proyecto Ecodesarrollo Papagayo, una de las áreas a las que se destinaría el agua de Bagaces, es el mayor concesionario de la ZMT en todo el país, donde casi 30 concesiones más saldrían beneficiadas, siendo sus campos de golf el atractivo turístico que exige la utilización del líquido.
En febrero, el Ministro de Hacienda manifestó en la Asamblea Legislativa que se promueve la privatización del servicio de aprovisionamiento de aguas, empezando por los pueblos y ciudades pequeñas.
La vigilancia de la calidad del agua ha mejorado en un 97,5 por ciento, aunque algunos señalan amenazas a los mantos acuíferos por el mal manejo de agroquímicos, aguas residuales, creciente demanda del líquido y la valoración económica del agua, destacando, en su cuido, el papel de la empresa privada.
La amenaza a las aguas de Bagaces es también para todas las demás del país. Los recursos hídricos de Bagaces no deben destinarse al mantenimiento de los campos de golf de Guanacaste.
La privatización del agua atenta contra el pueblo costarricense y se venderá a los inversionistas del TLC, pues eso se halla dentro de sus objetivos. He ahí una razón más para oponerse a ese tratado comercial.
|
